jueves, 1 de febrero de 2018


Personajes de Venezuela

SIMON   BOLIVAR: su legado histórico

Las promesas de libertad, igualdad y fraternidad que enarboló la Revolución Francesa fueron ideas que conquistaron rápidamente a  Simón Bolívar.  Movido por ellas, comenzó un proceso político y militar que culminaría con la independencia de cinco de las actuales repúblicas suramericanas y daría lugar a un cambio de rumbo de la historia de América.
Nació en Caracas, Venezuela,  el 24 de julio de 1783 y murió en la hacienda de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830.
Breve fue su vida, apenas cuarenta y siete años y medio, pero inmensa y perdurable la obra realizada. Fue junto con Francisco de Miranda, un venezolano de talla universal. Un hombre de pensamiento y de acción  –guerrero, estadista, escritor, fundador de naciones-  que supo interpretar los anhelos de libertad e igualdad de los pueblos de América y conducirlos a la victoria contra el anticuado sistema colonial.

LA PROSAPIA
Perteneciente a una de las familias de más rancio abolengo en la  Caracas colonial, Bolívar recibió una brillante educación  en  España,  después  de  haber  aprendido los primeros elementos en su ciudad natal con los  maestros  Simón Rodríguez  y  Andrés Bello.
Viajó por  Europa  y  Los  Estados  Unidos.  En  España  contrajo  matrimonio con María Teresa Rodríguez del Toro, de la que enviudó en 1803. Este fatal acontecimiento le hizo regresar a Europa, en donde, en compañía de su antiguo maestro Simón Rodríguez, logró aumentar sus conocimientos generales que le habrían  de  servir  más  tarde  en  su  vida  de  político  y guerrero.
Al regresar a Venezuela no permaneci0 ocioso en sus ricas propiedades de Aragua, sino que se dedicó  de  lleno  a  la  política: en  el  famoso  19  de  abril tuvo  actuación especial.
La Junta  Suprema  le  nombró  miembro  de  la  misión  diplomática en  Londres, en  compañía  de  Andrés  Bello  y   López  Méndez.
Logró la venida del generalísimo Miranda y en Caracas, se dedicaron a la organización de  la  Sociedad  Patriótica de  tan decidida  influencia   en los  hechos de emancipación. Con el grado de coronel luchó desesperadamente en  Puerto Cabello. La pérdida de la primera República le llevó a Curazao, mediante un pasaporte conseguido de Monteverde por  su  amigo  el  canónigo Francisco  Iturbe. De aquella isla viajó a Cartagena de Indias. Allí en 1813, publicó su famoso Manifiesto y luego  recibió  el  encargo   de  dirigir   algunas  operaciones   militares.
Con la autorización del  Gobierno  neogranadino  empieza su  famosa  Campaña Admirable, con  la  que  se  establece la  Segunda República de  efímera duración. Perdida ésta  por  la  reacción  de  algunos  grupos,  emigró  a  Cartagena  y  luego a la Isla de  Jamaica,  en  donde escribe  su  célebre  carta de Jamaica.  Hace nuevos intentos para  liberar a  Venezuela y  en  1816  con la  expedición de los Cayos entra al país y sigue luchando en él, hasta posesionarse de la ciudad de Angostura,  en  donde  en  1819  logra la  instalación del famoso Congreso que le dio vida a la Tercera  República.
En 1819 libera a Nueva Granada en Boyacá; regresa a Venezuela; firma  un armisticio en 1820. Poco después se reinicia la lucha y libera Venezuela, en Carabobo  en 1821.
Se dirige a Bogotá y de allí al Sur, en donde entre los años 1822 a 1824 va derrotando a los españoles y organizando la República. Libera y refuerza al Perú. Crea la República de Bolivia y regresa luego a Colombia que amenazada  por  la anarquía  estaba  a  punto  de sucumbir.
Por  fin  el año 1830, después  de una  larga  y gloriosa  trayectoria,  movido por la enfermedad y por la ingratitud de muchos de los hombres, a quienes él hizo grandes, se retiró a la vida privada. Pensó viajar a Europa,  pero  al  llegar a la costa atlántica su estado general era tan  delicado,  que  hubo  de hospedarse en la  hacienda de don Francisco de Godoy,  bajo el cuidado médico del Alejandro Prospero Reverend , donde  expiró.

LA REALIDAD DE SUS SUEÑOS
Bolívar convirtió en realidad su sueño como muy poca gente en la historia lo ha logrado. Había arrancado la joya más preciosa de la corona española y liberado medio continente. Tenía el mundo a sus pies; Colombia lo llamaba Presidente; el Perú le decía Dictador. En 1825 el Alto Perú, una provincia suroriental del Perú, reclamada tanto por Perú como por la Argentina, se declaró independiente y adoptó el nombre de Bolívar, que más adelante se cambió a Bolivia. Este país también lo nombró Presidente vitalicio.
Le llovían la gloria, el dinero y el poder. La familia de George Washington envió una medalla de oro que había pertenecido al presidente de los Estados Unidos, "al segundo Washington del Nuevo Mundo". Le ofrecieron el título de Emperador de los Andes, y en Caracas, Páez seriamente lo instó a que se convirtiera en Simón I, rey de Venezuela.
Se resistió a las tentaciones, pero le complació plenamente la deferencia. Era el punto culminante de su vida. Si se hubiera retirado entonces, como había dicho siempre que lo haría, podría haber vivido el resto de sus días honrado y amado.
Pero la necesidad del poder y la gloria es un hábito difícil de romper. Bolívar aún tenía un sueño: una Federación de los Andes que incluyera todas las repúblicas hispanoparlantes de América del Sur. Era un gran ideal, pero le sería más difícil ganar la paz de lo que había sido ganar la guerra.

Bibliografía:
-Historia de Venezuela, de A. Gómez Espinoza, Ediciones Diveli.
-Bolívar, biografía de Jorge Campos, con prólogo de Manuel Pérez Vila, de Editorial Salvat.
-Bolívar, biografía de Dennis Wepman, Serie líderes del mundo, Editorial Cinco.
Fotografía: Cortesía de: imagenes-en-png.deviantart.com



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