Personajes de Venezuela
SIMON BOLIVAR:
su legado histórico
Las promesas de
libertad, igualdad y fraternidad que enarboló la Revolución Francesa fueron
ideas que conquistaron rápidamente a
Simón Bolívar. Movido por ellas,
comenzó un proceso político y militar que culminaría con la independencia de
cinco de las actuales repúblicas suramericanas y daría lugar a un cambio de
rumbo de la historia de América.
Nació en Caracas,
Venezuela, el 24 de julio de 1783 y
murió en la hacienda de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, Colombia, el 17
de diciembre de 1830.
Breve fue su vida,
apenas cuarenta y siete años y medio, pero inmensa y perdurable la obra
realizada. Fue junto con Francisco de Miranda, un venezolano de talla
universal. Un hombre de pensamiento y de acción
–guerrero, estadista, escritor,
fundador de naciones- que supo
interpretar los anhelos de libertad e igualdad de los pueblos de América y
conducirlos a la victoria contra el anticuado sistema colonial.
LA PROSAPIA
Perteneciente a una de
las familias de más rancio abolengo en la
Caracas colonial, Bolívar recibió una brillante educación en
España, después de
haber aprendido los primeros
elementos en su ciudad natal con los
maestros Simón Rodríguez y
Andrés Bello.
Viajó por Europa
y Los Estados
Unidos. En España
contrajo matrimonio con María
Teresa Rodríguez del Toro, de la que enviudó en 1803. Este fatal acontecimiento
le hizo regresar a Europa, en donde, en compañía de su antiguo maestro Simón
Rodríguez, logró aumentar sus conocimientos generales que le habrían de
servir más tarde en su
vida de político
y guerrero.
Al regresar a Venezuela
no permaneci0 ocioso en sus ricas propiedades de Aragua, sino que se
dedicó de lleno
a la política: en
el famoso 19 de abril tuvo
actuación especial.
La Junta Suprema
le nombró miembro
de la misión
diplomática en Londres, en compañía
de Andrés Bello
y López Méndez.
Logró la venida del
generalísimo Miranda y en Caracas, se dedicaron a la organización de la
Sociedad Patriótica de tan decidida
influencia en los hechos de emancipación. Con el grado de
coronel luchó desesperadamente en Puerto
Cabello. La pérdida de la primera República le llevó a Curazao, mediante un
pasaporte conseguido de Monteverde por
su amigo el
canónigo Francisco Iturbe. De
aquella isla viajó a Cartagena de Indias. Allí en 1813, publicó su famoso
Manifiesto y luego recibió el
encargo de dirigir
algunas operaciones militares.
Con la autorización
del Gobierno neogranadino
empieza su famosa Campaña Admirable, con la que se
establece la Segunda República
de efímera duración. Perdida ésta por
la reacción de
algunos grupos, emigró
a Cartagena y
luego a la Isla de Jamaica, en
donde escribe su célebre
carta de Jamaica. Hace nuevos
intentos para liberar a Venezuela y
en 1816 con la
expedición de los Cayos entra al país y sigue luchando en él, hasta
posesionarse de la ciudad de Angostura,
en donde en
1819 logra la instalación del famoso Congreso que le dio
vida a la Tercera República.
En 1819 libera a Nueva
Granada en Boyacá; regresa a Venezuela; firma
un armisticio en 1820. Poco después se reinicia la lucha y libera
Venezuela, en Carabobo en 1821.
Se dirige a Bogotá y de
allí al Sur, en donde entre los años 1822 a 1824 va derrotando a los españoles
y organizando la República. Libera y refuerza al Perú. Crea la República de
Bolivia y regresa luego a Colombia que amenazada por la
anarquía estaba a
punto de sucumbir.
Por fin el
año 1830, después de una larga
y gloriosa trayectoria, movido por la enfermedad y por la ingratitud
de muchos de los hombres, a quienes él hizo grandes, se retiró a la vida
privada. Pensó viajar a Europa,
pero al llegar a la costa atlántica su estado general
era tan delicado, que
hubo de hospedarse en la hacienda de don Francisco de Godoy, bajo el cuidado médico del Alejandro Prospero
Reverend , donde expiró.
LA REALIDAD DE SUS SUEÑOS
Bolívar convirtió en realidad su sueño como muy
poca gente en la historia lo ha logrado. Había arrancado la joya más preciosa
de la corona española y liberado medio continente. Tenía el mundo a sus pies;
Colombia lo llamaba Presidente; el Perú le decía Dictador. En 1825 el Alto
Perú, una provincia suroriental del Perú, reclamada tanto por Perú como por la
Argentina, se declaró independiente y adoptó el nombre de Bolívar, que más
adelante se cambió a Bolivia. Este país también lo nombró Presidente vitalicio.
Le llovían la gloria, el dinero y el poder. La
familia de George Washington envió una medalla de oro que había pertenecido al
presidente de los Estados Unidos, "al segundo Washington del Nuevo
Mundo". Le ofrecieron el título de Emperador de los Andes, y en Caracas,
Páez seriamente lo instó a que se convirtiera en Simón I, rey de Venezuela.
Se resistió a las tentaciones, pero le complació
plenamente la deferencia. Era el punto culminante de su vida. Si se hubiera
retirado entonces, como había dicho siempre que lo haría, podría haber vivido
el resto de sus días honrado y amado.
Pero la necesidad del poder y la gloria es un
hábito difícil de romper. Bolívar aún tenía un sueño: una Federación de los
Andes que incluyera todas las repúblicas hispanoparlantes de América del Sur.
Era un gran ideal, pero le sería más difícil ganar la paz de lo que había sido
ganar la guerra.
Bibliografía:
-Historia de Venezuela, de A. Gómez Espinoza, Ediciones Diveli.
-Bolívar, biografía de Jorge Campos, con prólogo de Manuel Pérez Vila,
de Editorial Salvat.
-Bolívar, biografía de Dennis Wepman, Serie líderes del mundo, Editorial
Cinco.
Fotografía: Cortesía de: imagenes-en-png.deviantart.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario