Protagonistas de la historia
ANWAR SADAT: La paz a cualquier precio
Soldado y estadista
egipcio, Anwar Sadat se convirtió en uno de los grandes líderes que promovieron
la paz en el turbulento Oriente Medio. Adoptó el heroico papel de buscar un
mejoramiento en las relaciones entre su país e Israel cuando se vio que la
guerra y el terrorismo no podían dar respuestas duraderas a los problemas que
habían agobiado a la región durante tantos años.
Sadat nació el 25 de
diciembre de 1918 en Mit Abul Kom, en el seno de una familia campesina, en una
aldea a las orilla del rio Nilo, situada aproximadamente a 65 kilómetros al
norte de El Cairo, dentro de una zona de ricas tierras cultivables.
La familia Sadat era
respetada, principalmente porque el padre, empleado en un hospital militar,
había terminado sus estudios primarios.
Aun así, el respeto de
sus aldeanos, quienes honraron al padre de Sadat con el título de “efendi” como
decir "profesor" o "su señoría"), no significaba ingresos
para una familia de trece hijos. A un empleado público no se le pagaba mucho.
El joven Anwar vivía como el resto de los niños de la aldea, ayudando con el
trabajo de la granja y las tareas domésticas. En la escuela local no fue un
estudiante particularmente bueno.
Nuestro biografiado
creció en un país ocupado por las fuerzas del imperialismo británico. Ya dentro
de la actividad política y militar, como alto asesor de Gamal Abdel Nasser, el
primer presidente de un Egipto independiente, logró gran prominencia durante
los años cincuenta y sesenta. Dirigió los ejércitos del país en la guerra del
Yemen y obtuvo una valiosísima experiencia como vocero del gobierno. En 1970,
después de la muerte de Nasser, Sadat se convirtió en el segundo presidente de
Egipto.
En 1973, después de la
tercera y más desastrosa guerra árabe-israelí, Anwar Sadat asombró al mundo con
su disposición de negociar directamente con los líderes israelíes. Haciendo
caso omiso de la crítica de sus vecinos árabes, ayudó a establecer un marco
para la paz en el Oriente Medio, gracias a las negociaciones en Camp Davis.
Logró la paz con Israel, lo cual le mereció dicho el Premio Nobel en 1978.
UNA ALDEA EN EL DELTA DEL NILO
Comenta una de sus
biógrafos Patricia Aufderheide, escritora estadounidense, que Anwar Sadat
estaba orgullosos de haber nacido y haberse criado a orillas del Nilo. Creía
que sus orígenes humildes lo calificaban para hablar a nombre de la gran
mayoría de los egipcios. Sin dudas llegó a pensar que la historia de su propia
vida y la de Egipto eran "la misma cosa", como lo anotó él en su
autobiografía: En busca de identidad. Cuando la revista Time lo eligió el Hombre
del Año en 1978, se comparó con Abraham Lincoln. "Lincoln también era un
aldeano", dijo, "y trabajaba solo".
ESPOSO, SOLDADO Y TERRORISTA
Anawar Sadat se crió
con un pie en las antiguas tradiciones aldeanas y el otro en la época moderna
crisis. Más tarde expresaría sus sentimientos casi poética,
al recordar sus orígenes
campesinos.
"Nunca podré
perder el camino", dijo en una ocasión, "porque sé que tengo raíces
vivas allí, enterradas profundamente en el suelo".
Realmente tenía sus
raíces vivas en la familia que dejó atrás
cuando se alejó
de la vida campesina.
Contrajo matrimonio
aproximadamente en la misma época en que inició su carrera militar. Sus padres
le buscaron esposa según la tradición egipcia de los matrimonios arreglados.
Cuando contaba 24 años ya tenía tres hijas, y también muchas dudas sobre si era
adecuado, para un joven oficial de un
ejército moderno, la compañía de
una esposa con quien se había casado por las costumbres
antiguas. Sadat estaba comenzando a darse cuenta de que el propio Egipto, no
solamente su ejército, tendría que modernizarse.
Sin embargo, disponía
de muy poco tiempo para pensar en problemas matrimoniales. Después de salir
graduado de la academia militar, se le envió a un puesto distante, junto con un
grupo de otros oficiales jóvenes. Entre ellos había un hombre llamado Gamal
Abdel Nasser, de la misma edad de Sadat, y con orígenes similares. También
había participado en las manifestaciones públicas. Durante el tiempo de servicio en la academia militar, estudió
batallas de independencia. “En varias ocasiones hemos dicho que vamos a
despertar al país del letargo” escribió a un amigo cuando tenía 21 años, “pero,
¡ay! “Hasta el momento nada se ha hecho”
PAÍS ANTIGUO, PROBLEMAS NUEVOS
El 6 de octubre de
1981, todo egipcio sabía que era un día especial. Mucha gente recordaba los
acontecimientos de la misma fecha ocho años antes en 1973, cuando las fuerzas
militares egipcias lanzaron un sorpresivo ataque y cruzaron el Canal de Suez
para capturar nuevamente los terrenos perdidos ante Israel durante la Guerra de
los Seis Días, en junio de 1967. Anualmente se celebraba un desfile militar
para conmemorar la gesta.
Comenzó el desfile.
Los tanques, jeeps y tropas desfilaron ante él en perfecto orden. De repente
las cosas comenzaron a salir terriblemente mal. Uno de los jeeps se detuvo con
un chirrido de frenos directamente frente a Sadat. Se bajaron varios soldados y
con sus fusiles automáticos hicieron descargas. El presidente Sadat se
derrumbó. El líder de un país estaba muerto, asesinado el 6 de octubre de 1981
por fundamentalistas musulmanes. Estaban vengando la paz con Israel.
Chaim Herzog, sexto presidente de Israel, dijo en
una oportunidad “Gracias a la iniciativa del presidente Sadat el Oriente Medio
ha sufrido una revolución. Israel tiene una frontera pacífica con Egipto”.
Bibliografía:
Biografía de Anwar Sadat, de Patricia Aufderheide,
serie “Lideres del mundo”, Editorial Cinco,
Bogotá Colombia.
Foto: Cortesía de Famous People.
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