Personajes de Venezuela
ARTURO MICHELENA
Venezuela comienza a sonar en otros oídos
Arturo Michelena nace
en Valencia, estado Carabobo, en Venezuela, el 16 de Junio de 1863 y muere en
Caracas el 29 de Julio de 1898.
Tres nombres resaltan
en la pintura venezolana del siglo XIX. El primero, el gran maestro clásico
Martín Tovar y Tovar; los otros, Cristóbal Rojas y Arturo Michelena. Ambos
estudiaron en París, dejaron obra notable, y ambos fueron dominados por el sino
de la muerte temprana. Rojas él los 30 años, Michelena a los 35. Como si
presintieran el poco tiempo que les daría la vida, asumieron la creación con
apremio.
Michelena nació en el
seno de una familia vinculada al arte, lo cual influyó de manera definitiva en
su vocación por la pintura. En este sentido, su padre el pintor Juan Antonio
Michelena, fue su principal preceptor durante su infancia. Asimismo, su madre
Socorro Castillo, era hija de Pedro Castillo retratista y autor de los murales
de la casa de José Antonio Páez en Valencia.
En 1874, a la edad de
once años, hace su primer autorretrato, que deja muy impresionado al escritor
costumbrista Francisco de Sales Pérez, quien se convirtió en su protector, lo
eligió para hacer las ilustraciones de su libro Costumbres venezolanas y lo
presentó en el círculo de amigos de Antonio Guzmán Blanco con la intención de
que le dieran una beca de estudio para el exterior. Así funcionaba entonces la
cultura en el país, con eternos gobiernos autocráticos y monocéfalos incapaces
de crear estructuras culturales alternativas o de favorecer mecenazgos
independientes.
Entre 1879 y 1882,
Michelena y su padre abren una Academia de Arte en Valencia, en la cual
realizan retratos por encargo.
Durante este tiempo,
el joven Arturo Michelena pinta murales, copia cuadros antiguos, elabora
retratos infantiles; lo cual será una excelente base de entrenamiento que lo
capacita para participar con éxito en el Salón del Centenario, que se celebraba
en Caracas, y al que envía su primer lienzo importante La entrega de la bandera
al batallón sin nombre (1883), que le hace merecedor del Segundo Premio. En
1885, Arturo Michelena parte a París en compañía de Martín Tovar y Tovar, para
inscribirse en la Academia Julián, donde ya figuraban Emilio Boggio y Cristóbal
Rojas. En este instituto recibió las enseñanzas del afamado decorador Jean Paul
Laurens. Gracias a las recomendaciones de Laurens, Arturo Michelena envía al
salón de 1887 un lienzo impactante “El niño enfermo”, con el que gana la
Medalla de Segunda Clase y el reconocimiento “Hors concours”, máxima distinción
que el salón le otorgaba a un artista extranjero
Para celebrar los 100
años de la Revolución francesa se realizó la gran Exposición Universal.
"Arturo Michelena -escribe Francisco Javier Duplat- fue inteligente al
escoger el tema.... Charlotte, bella e impetuosa joven de 24 años, había
asesinado el 13 de julio de 1793 a Juan Pablo Marat, líder extremista de la
Revolución. Fue apresada allí mismo y condenada a m en el patíbulo... ".
La bella francesa que
le sirvió de modelo le causó pesares al pintor. Cuando fueron a buscar unas
fotografías que se habían hecho juntos para enviarlas a la familia como anticipo
de bodas, al salir del taller comprobó que se había ido con otro. Nadie podía
confiar en las "modelos" de entonces.
Entre las obras de
arte famosas de Michelena se encuentran “Miranda en La Carraca” (1896),
“Asesinato de Sucre en Berruecos” (1895), el “Descendimiento” (1897) y “La
última cena” (1898). Se especializó en obras histórico-alegóricas, fue autor de
cuadros emblemáticos en la cultura venezolana Varias de sus obras quedaron
inconclusas.
Hacia finales del
siglo XIX muy poca gente en Europa sabía de la existencia de un país llamado
Venezuela y menos todavía donde estaba situado. Medio siglo antes había sonado
Venezuela por primera vez en el concierto mundial con motivo de las gestas de
la Independencia, y los nombres de Francisco de Miranda y Simón Bolívar fueron
ampliamente conocidos y aclamados entre la gente culta de entonces.
Uno de los principales
méritos de Michelena, aparte de los artísticos, fue el de haber dado a conocer
a Venezuela en los ambientes cultos de la Europa de fin de siglo. Se puede
decir que él fue el único pintor reconocido en vida fuera de nuestra frontera.
Arturo Michelena
regresa a Venezuela luego de haber contraído tuberculosis en París. Por este
tiempo se convierte en un retratista de moda y pintor oficial. Pero su salud,
cada vez más resentida, apenas le permite dedicarle tiempo a obras ambiciosas
como Miranda en la Carraca (1896), Berruecos (1895), el Descendimiento (1897) y
La última cena (1898), quedando inconclusas algunas de éstas. Los restos de
Arturo Michelena fueron sepultados en el Panteón Nacional el 29 de julio de
1948.
Fuente bibliográfica:
-Biblioteca Biográfica
Venezolana, biógrafo Francisco Javier Duplá.
-Biografía y Vidas y
Venezuela Tuya.
-Fotografía: Cortesía
de Biografía y Vidas
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