viernes, 23 de febrero de 2018


Pintores y escultores universales

GIOVANNI Y GENTILE BELLINI
Una dinastía veneciana

Gentile Bellini

Gentile Bellini, pintor italiano, nació en Venecia, Italia, en 1429 y falleció el 23 de febrero de 1507. Hijo primogénito de Jacobo Bellini y hermano de Giovanni Bellini, también pintores, fue retratista y pintor oficial de la república veneciana. Influido en sus inicios por Andrea Mantegna, pronto abandonó el estilo clásico monumental para dedicarse a composiciones pintorescas de brillante ejecución, en las que representó escenas de la vida pública veneciana (Procesión en la plaza de San Marcos, Academia de Venecia). Pintó asimismo retratos, como el de Lorenzo Giustiniani (Academia de Venecia) y el de Mehmet II, en cuya corte, Constantinopla, trabajó de 1479 a 1480. Es famoso su políptico “El milagro de la Cruz.”
Gentile Bellini eliminó todo residuo del goticismo de su padre, Jacobo Bellini, y orientó su pintura hacia el estilo de Andrea Mantegna, que fue cuñado suyo, aunque suavizando su lenguaje plástico y perspectivo al aplicarlo a plácidos y equilibrados escenarios compositivos, en los que reúne gran número de personajes bajo una iluminación uniforme. Fascinante ilustrador, hábil cronista y nítido evocador de personajes, estudió las costumbres exóticas no sólo de la cosmopolita Venecia, de cuya república fue pintor oficial.
Su fama se afirmó sobre todo en las teleri (grandes composiciones sobre tela de carácter narrativo ricas en ropajes y detalles), donde describe fielmente algunos aspectos pintorescos de su ciudad y que constituirían un precedente y servirían de modelo dentro del género vedutista, muy frecuentado por la pintura veneciana desde Carpaccio hasta Canaletto, además de anunciar, por su sentido narrativo y evocador, el arte de Carpaccio.
Ejemplos destacados son la Procesión de las reliquias en la plaza de San Marcos, el Milagro de la Cruz (ambos fechados entre 1496-1500 y conservados en la Galería de la Academia, Venecia) o la Predicación de San Marcos en Alejandría (hacia 1505, Pinacoteca de Brera, Milán). Autor asimismo de numerosas palas de altar y madonas, Gentile Bellini abandonó progresivamente su rigor dibujístico para asimilar la paleta cromática de Antonello da Messina, lo cual dio a sus pinturas mayor unidad tonal.

GIOVANNI BELLINI
Giovanni Bellini
Giovanni, conocido también con el apodo Giambellino, nació en Venecia, Italia, en 1430 y falleció el 29 de noviembre de 1516. En cuanto a este pintor, la característica más meritoria  de su  obra  de es quizá  una  de las menos  comunes en el arte: la variedad de sus Madonas. Lo que maravilla todavía es la riqueza de inspiración que lo movió a pintar más setenta diferentes, y que, sin embargo, parecen hermanas.
Giovanni Bellini, conocido también con el apodo Giambellino, nació en Venecia, Italia, en 1430 y falleció el 29 de noviembre de 1516.
Ni místicas ni profundamente conmovedoras, todas estas Madonas muy venecianas, tienen un sello de serena dignidad. Al colorido debe atribuirse gran parte de majestad: Bellini logró una perfecta síntesis de los rojos con los verdes y los azules, aunada a una discreta distribución de la luz. “La Madona de los árboles” es tal vez su obra maestra.
Giovanni, primero de los grandes pintores venecianos fue la gloria máxima de la familia Bellini, la más antigua precursora del arte en Venecia. Jacobo, el padre, era un caballero excéntrico y despótico, y además gran viajero. Recorrió toda Italia, cuaderno de apuntes en mano; visitó a Florencia y a Roma, e hizo variados bocetos de complicados fondos arquitectónicos, de animales, de ruinas de la Antigüedad clásica, de montañas, de ciudades, de Madonas. Se recuerda a Jacobo en la historia  del arte  por su inagotable curiosidad y por esos precisos bocetos, de cuidadoso diseño, que ganaron la admiración de Leonardo da Vinci.
En Padua, del célebre artista Andrea Mantegna, que más tarde fue su yerno, Jacobo Bellini adquirió conocimientos científicos de la pintura. A sus hijos Gentile y Giovanni les enseñó la técnica que él había aprendido del gran pintor. A Gentile, de menos imaginación que su hermano -aunque alcanzó fama con la decoración de iglesias y con sus retratos- , se le considera como uno de los fundadores de la escuela veneciana de pintura, principalmente por sus cuadros de procesiones. Su obra maestra, “la Procesión de la Santa Cruz” (vista de la plaza de San Marcos durante un festividad religiosa), es un reflejo de amor veneciano por la ostentación. Representa una multitud formada por los componentes del coro y portadores de cirios; dignatarios que llevan el relicario; grupos de curiosos  y, en los lugares de preferencia, en los balcones, los señores de aspecto aristocrático, paladeando los vinos. Apartándose de tradición religiosa, que en  Venecia  nunca había sido dominante, Gentile muestra la pompa y el boato de ciudad al retratar a las majestuosas multitudes, los frailes en procesión y el fondo de luz, aire y color.
El hombre más  ilustre  de  la familia  fue  Giovanni que vivió hasta la edad de ochenta y seis años. En el transcurso de su carrera artística pintó retratos, alegorías, retablos, paisajes y pastorales.
Los gobernantes de Venecia tenían sentimientos patrióticos muy arraigados, amaban a su ciudad y estaban convencidos de su prosperidad. Para que los retratos en los que debían quedar plasmadas sus efigies fueran de  un estilo a tono con su posición oficial, buscaban un pintor cuyas obras resultaran agradables a la vista y cuyos conceptos no estuviesen en pugna con las ideas que ellos tenían de la dignidad. Encontraron al hombre idóneo: Giovanni Bellini, artista de buen carácter en  quien  se podía confiar para que pintase haciendo honor  a la verdad, pero sin aspereza, pues solo aspiraba  a  descubrir en sus modelos la serena integridad de su propia naturaleza.
Hoy quedan muy pocos retratos de Bellini. El retrato de un joven, que está  ahora en  la  Galería Nacional  de Washington, lo compró el financiero y filántropo Andrew Mellan por 280.000 dólares. En aquel lienzo se aprecia sobriedad de líneas consecuencia del severo  aprendizaje del autor en Padua, pero  se admira,  además,  la  riqueza de colorido que lo ha convertido en  una  de  las glorias de la pintura veneciana. Otro ejemplo del genio de Bellini está en “El dux Leonardo” una de sus últimas obras, y uno de los retratos más extraordinarios pintados por la mano del hombre: noble en su caracterización, bello de colorido e impecable en su ejecución.
Giovanni era hombre de un buen sentido poco común. No dado a las pasiones  violentas, estaba,  no  obstante, por encima de la vulgaridad. Puede asegurarse que se anticipó a Rembrandt en el empleo de la luz y el color para combinar las formas en un conjunto de tonos armónicos.
Gozó de serena bonanza desde la juventud hasta la ancianidad. A Bellini le molestó que Ticiano tratara de quitarle el cargo oficial que ocupaba, pero no le guardo rencor. Alberto Durero, el gran pintor y grabador  alemán, dijo  de Bellini en 1506:  "Es   el  gran   patriarca de la pintura, y el  mejor pintor  de  Venecia,  a  la  par que  el  más  cortes".
Fuentes bibliográficas:
-Biografía de Thomas Craven, en “Los grandes pintores y sus obras maestras”, de Selecciones del Reader´s Digest
-BiografíasyVida.com. Enciclopedia biográfica en línea.
Fotografía: Cortesía de: Wikipedia y http://www.reidsitaly.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario