Pintores y escultores universales
GIOVANNI Y GENTILE BELLINI
Una dinastía veneciana
Gentile Bellini |
Gentile Bellini,
pintor italiano, nació en Venecia, Italia, en 1429 y falleció el 23 de febrero
de 1507. Hijo primogénito de Jacobo Bellini y hermano de Giovanni Bellini,
también pintores, fue retratista y pintor oficial de la república veneciana.
Influido en sus inicios por Andrea Mantegna, pronto abandonó el estilo clásico
monumental para dedicarse a composiciones pintorescas de brillante ejecución,
en las que representó escenas de la vida pública veneciana (Procesión en la
plaza de San Marcos, Academia de Venecia). Pintó asimismo retratos, como el de
Lorenzo Giustiniani (Academia de Venecia) y el de Mehmet II, en cuya corte,
Constantinopla, trabajó de 1479 a 1480. Es famoso su políptico “El milagro de la Cruz.”
Gentile Bellini
eliminó todo residuo del goticismo de su padre, Jacobo Bellini, y orientó su
pintura hacia el estilo de Andrea Mantegna, que fue cuñado suyo, aunque
suavizando su lenguaje plástico y perspectivo al aplicarlo a plácidos y
equilibrados escenarios compositivos, en los que reúne gran número de
personajes bajo una iluminación uniforme. Fascinante ilustrador, hábil cronista
y nítido evocador de personajes, estudió las costumbres exóticas no sólo de la
cosmopolita Venecia, de cuya república fue pintor oficial.
Su fama se afirmó
sobre todo en las teleri (grandes composiciones sobre tela de carácter
narrativo ricas en ropajes y detalles), donde describe fielmente algunos
aspectos pintorescos de su ciudad y que constituirían un precedente y servirían
de modelo dentro del género vedutista, muy frecuentado por la pintura veneciana
desde Carpaccio hasta Canaletto, además de anunciar, por su sentido narrativo y
evocador, el arte de Carpaccio.
Ejemplos destacados
son la Procesión de las reliquias en la plaza de San Marcos, el Milagro de la
Cruz (ambos fechados entre 1496-1500 y conservados en la Galería de la
Academia, Venecia) o la Predicación de San Marcos en Alejandría (hacia 1505,
Pinacoteca de Brera, Milán). Autor asimismo de numerosas palas de altar y
madonas, Gentile Bellini abandonó progresivamente su rigor dibujístico para
asimilar la paleta cromática de Antonello da Messina, lo cual dio a sus
pinturas mayor unidad tonal.
GIOVANNI BELLINI
Giovanni Bellini |
Giovanni, conocido
también con el apodo Giambellino, nació en Venecia, Italia, en 1430 y falleció
el 29 de noviembre de 1516. En cuanto a este pintor, la característica más
meritoria de su obra
de es quizá una de las menos
comunes en el arte: la variedad de sus Madonas. Lo que maravilla todavía
es la riqueza de inspiración que lo movió a pintar más setenta diferentes, y
que, sin embargo, parecen hermanas.
Giovanni Bellini,
conocido también con el apodo Giambellino, nació en Venecia, Italia, en 1430 y
falleció el 29 de noviembre de 1516.
Ni místicas ni
profundamente conmovedoras, todas estas Madonas muy venecianas, tienen un sello
de serena dignidad. Al colorido debe atribuirse gran parte de majestad: Bellini
logró una perfecta síntesis de los rojos con los verdes y los azules, aunada a
una discreta distribución de la luz. “La
Madona de los árboles” es tal vez su obra maestra.
Giovanni, primero de
los grandes pintores venecianos fue la gloria máxima de la familia Bellini, la
más antigua precursora del arte en Venecia. Jacobo, el padre, era un caballero
excéntrico y despótico, y además gran viajero. Recorrió toda Italia, cuaderno
de apuntes en mano; visitó a Florencia y a Roma, e hizo variados bocetos de
complicados fondos arquitectónicos, de animales, de ruinas de la Antigüedad
clásica, de montañas, de ciudades, de Madonas. Se recuerda a Jacobo en la historia del arte
por su inagotable curiosidad y por esos precisos bocetos, de cuidadoso
diseño, que ganaron la admiración de Leonardo da Vinci.
En Padua, del célebre
artista Andrea Mantegna, que más tarde fue su yerno, Jacobo Bellini adquirió
conocimientos científicos de la pintura. A sus hijos Gentile y Giovanni les
enseñó la técnica que él había aprendido del gran pintor. A Gentile, de menos
imaginación que su hermano -aunque
alcanzó fama con la decoración de iglesias y con sus retratos- , se le
considera como uno de los fundadores de la escuela veneciana de pintura,
principalmente por sus cuadros de procesiones. Su obra maestra, “la Procesión
de la Santa Cruz” (vista de la plaza de San Marcos durante un festividad
religiosa), es un reflejo de amor veneciano por la ostentación. Representa una
multitud formada por los componentes del coro y portadores de cirios;
dignatarios que llevan el relicario; grupos de curiosos y, en los lugares de preferencia, en los
balcones, los señores de aspecto aristocrático, paladeando los vinos.
Apartándose de tradición religiosa, que en
Venecia nunca había sido
dominante, Gentile muestra la pompa y el boato de ciudad al retratar a las
majestuosas multitudes, los frailes en procesión y el fondo de luz, aire y
color.
El hombre más ilustre
de la familia fue
Giovanni que vivió hasta la edad de ochenta y seis años. En el
transcurso de su carrera artística pintó retratos, alegorías, retablos,
paisajes y pastorales.
Los gobernantes de
Venecia tenían sentimientos patrióticos muy arraigados, amaban a su ciudad y
estaban convencidos de su prosperidad. Para que los retratos en los que debían
quedar plasmadas sus efigies fueran de
un estilo a tono con su posición oficial, buscaban un pintor cuyas obras
resultaran agradables a la vista y cuyos conceptos no estuviesen en pugna con
las ideas que ellos tenían de la dignidad. Encontraron al hombre idóneo:
Giovanni Bellini, artista de buen carácter en
quien se podía confiar para que
pintase haciendo honor a la verdad, pero
sin aspereza, pues solo aspiraba a descubrir en sus modelos la serena integridad
de su propia naturaleza.
Hoy quedan muy pocos
retratos de Bellini. El retrato de un joven, que está ahora en
la Galería Nacional de Washington, lo compró el financiero y
filántropo Andrew Mellan por 280.000 dólares. En aquel lienzo se aprecia
sobriedad de líneas consecuencia del severo
aprendizaje del autor en Padua, pero
se admira, además, la
riqueza de colorido que lo ha convertido en una
de las glorias de la pintura
veneciana. Otro ejemplo del genio de Bellini está en “El dux Leonardo” una de sus últimas obras, y uno de los retratos
más extraordinarios pintados por la mano del hombre: noble en su
caracterización, bello de colorido e impecable en su ejecución.
Giovanni era hombre de
un buen sentido poco común. No dado a las pasiones violentas, estaba, no
obstante, por encima de la vulgaridad. Puede asegurarse que se anticipó
a Rembrandt en el empleo de la luz y el color para combinar las formas en un
conjunto de tonos armónicos.
Gozó de serena bonanza
desde la juventud hasta la ancianidad. A Bellini le molestó que Ticiano tratara
de quitarle el cargo oficial que ocupaba, pero no le guardo rencor. Alberto
Durero, el gran pintor y grabador alemán,
dijo de Bellini en 1506: "Es el
gran patriarca de la pintura, y
el mejor pintor de
Venecia, a la par
que el
más cortes".
Fuentes bibliográficas:
-Biografía de Thomas Craven, en “Los grandes pintores
y sus obras maestras”, de Selecciones del Reader´s Digest
-BiografíasyVida.com.
Enciclopedia biográfica en línea.
Fotografía: Cortesía
de: Wikipedia y http://www.reidsitaly.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario