Pintores y escultores
universales
DOMENICO THEOTOCOPULI “EL GRECO”
Maestro moderno de la España imperial
El Greco |
Día de sol en Toledo.
Claro día de primavera en que espejean las rumorosas aguas del Tajo y sobre el
fondo moreno rojizo de los cerros se entreabren las flores silvestres a la
tibia caricia del aire. En
este día tan claro
está a oscuras la casa del Greco,
casi en tinieblas, echadas las cortinas, sin luz las
habitaciones. Cuentan que a un amigo que fue a invitarle a dar un paseo le
respondió el pintor: "No; el resplandor
del Sol se
mezclaría con la luz
que llevo en mí".
Esta anécdota retrata
al Greco: hombre de intenso espíritu religioso, retraído, propenso a vivir a
solas con sus pensamientos. Del diario afán de entender y expresar lo que
siente nace el estilo de una pintura única en su género. Los rostros y los
cuerpos de sus figuras se alargan. El efecto que producen sus cuadros por la
sutil e intencionada desviación de lo real, es impresionante. No ha habido
pincel alguno que, en este aspecto, se iguale al suyo. Con ser uno de los
grandes maestros de la pintura quedó relegado al olvido durante casi 300 años
después de su muerte. En 1881, el entonces director del Museo del Prado de
Madrid protestaba contra la inclusión
de "las absurdas
caricaturas" del Greco
en las colecciones del museo.
La resurrección del
Greco a la
fama ocurre en Paris
a fines del siglo XIX. Los pintores arden
en rebeldía contra las normas
tradicionales. Cézanne, Monet y otros
quieren libertad en el
empleo de la luz, de
la forma, color. Y hallan en el
Greco al artista cuyo pincel iguala el arte de la escuela
impresionista de París.
Entierro del Conde de Orgaz |
Milagro comparable al
de ver a un muerto levantarse del
sepulcro fue el de este pintor
que pasa de las sombra del olvido a los resplandores
de la estimación y nombradía universal.
Negociantes en objetos
de arte y
colección afluyen a Toledo para
rebuscar en desvanes y en sótanos las ahora ambicionadas obras del
Greco. Espoleaba a coleccionistas en su
busca el conocimiento que tenían que gran parte de la copiosa
producción del Greco estaba irremisiblemente perdida. No alcanzan siquiera a
300 los ejemplares que de ella han llegado hasta nosotros. De los 241 cuadros
que, siete años después de muerto el pintor, se hallaban en poder de su hijo,
según inventario hecho por este, nada se
sabe.
Aunque son
innumerables los libros y folletos destinados a satisfacer la curiosidad que
despierta en el público un pintor del siglo XVI que alcanza en el siglo XX tan
rotundo éxito, poco es lo que
sabemos de la
vida del Greco. No llevaba diario;
su correspondencia epistolar era escasa. De las noticias que
acerca de él se han allegado quedan sin esclarecer los hechos principales.
SU LLEGADA A ESTE
MUNDO
Nació el 1º de octubre
del año de 1541 en Candía, puerto de la isla griega de Creta. Su
verdadero nombre era Doménico Theotocópuli, pero fue generalmente llamado
el Greco (el Griego). Recibió enseñanza
en la escuela del Monasterio de Santa Catalina, cuya comunidad mantenía una
capilla en el Monte Sinaí.
A los dieciocho años
de edad es ya pintor del cual cabe esperar mucho. Pasa a Venecia. Al decir de
varios eruditos, recibe allí lecciones
del Ticiano, particularmente en lo
relativo al colorido. Unos años después viaja a Roma, en donde a poco de haber
llegado se malquista con Miguel
Ángel, que es el árbitro de las
bellas artes en esa ciudad. Sucede que los dos pontífices bajo cuyo
reinado ejecutó Miguel Ángel la pintura del Juicio Final le han pedido que
cubra la desnudez de muchas de las figuras que aparecen en el famoso fresco,
las cuales suscitan comentarios desfavorables. Se suma el Greco
a las críticas, al decir: "Destruid toda la obra
y dejad que yo haga otra, que
será decente y honesta, y no menos grande". Con esto puso fin a sus
esperanzas de que le encomendasen la ejecución de obra alguna.
La dama de Armiño |
La primavera de 1577
le encuentra en Toledo, la histórica y embelesadora ciudad que fue en un tiempo
capital de la España visigoda. Le habían encargado algunos cuadros para la
nueva iglesia de Santo Domingo el Antiguo. Para entender al Greco hay que
considerar lo que es Toledo, el misterioso encanto que allí respira, cuánto
influye el alma de la ciudad en la del pintor. Tiene él a su llegada treinta y
seis años de edad; conoce el arte de la pintura, pero nada más. O dicho de otra
manera: es uno de tantos buenos pintores. En menos de cinco años se convierte en
pintor excelso. El milagro
se debe a Toledo. Algo ha habido en el ambiente de la legendaria ciudad
castellana que enciende en fervor el espíritu griego. Percibimos esa llamarada
de pasión por la ciudad en su “Visita de Toledo”. Más que una visita de la
ciudad, el cuadro es un ensueño en que la piedra y el mortero se espiritualizan
para darnos una ciudad más toledana que la misma Toledo.
En los treinta y siete
años que permanece en Toledo ocupa el Greco tres casas. La mayor parte del
tiempo reside en la misma en que
murió. Hermoso edificio
de 24 aposentos. Fue compañera de
sus días
doña Jerónima de las Cuevas,
señora de cuya belleza da clara idea el
retrato “La dama del armiño”. ¿Contrajo el Greco matrimonio con ella? No se
sabe de cierto. Según un biógrafo, lo
único que le impedía legitimar esa
unión era el haberse casado anteriormente en Italia.
Tuvo con doña Jerónima un hijo, Jorge
Manuel, que fue también pintor y trabajó siempre a su lado. En el “Entierro
del conde de Orgaz” aparece en primer término
la figura de un apuesto niño que lleva en el bolsillo del
lado derecho un pañuelo donde, en griego, se lee el nombre del pintor, la expresión " lo hice" y
el año del nacimiento de Jorge Manuel.
En la gran casa donde
residía habitualmente vi también su anciana
ama de llaves y cocinera, su agente de negocios y varios de
sus discípulos. Cuando contaba con dinero para ello, contrataba músicos que le amenicen las horas de comida.
Algunas noches lo visita arquitectos, poetas, frailes eruditos. En esas
tertulias, olvidando su habitual retraimiento, deleitaba a todos lo
ingenioso y mundano
de su conversación.
Pero tales expansiones eran la excepción. Lo ordinario para
él era permanecer ante el
caballete atormentado por el ansia
creadora, o pensar en el modo de dar forma y color a las ideas y emociones que poblaban sus
horas de vigilia. Los primeros encargos importantes que ejecutó en España
fueron dos grandes retablos, ambos tan aplaudidos que le valieron la ejecución
de otro para la catedral de Toledo. Para asunto de este eligió el tema de Jesucristo
despojado de sus vestiduras o “El expolio de Cristo”. Rompe el Greco en esta
obra maestra con la tradicional serenidad de la pintura italiana. La
desenfadada soltura en el
manejo de los colores, lo atrevido del sombreado, dan al cuadro inusitado vigor
y originalidad. Fue esto, sin
embargo más de lo que podía
tolerar la estética de los buenos religiosos, que además de negarse
a recibir el cuadro, rehusaron
pagar al pintor su trabajo.
Las lagrimas de San Pedro |
El pleito entablado
por el Greco para
recabar el pago es un litigio histórico en que tanto
demandante como demandados cuentan con testigos que con
opuesto criterio, pero con parejo convencimiento, declaran a favor de
cada cual. Durante la vista él Greco guarda desdeñoso silencio mientras, alta la
frente, oye las críticas de sus censores. Al juez -que le pregunta por qué ha
fijado su residencia en Toledo, le dice secamente: "No estoy obligado a
explicar la razón por que vivo aquí". Solo cuando lo amenazan con
la cárcel da su nombre. El pleito concluye al fin en transacción mediante
la cual
recibe el Greco la tercera parte de la suma que en un principi0 habían prometido pagarle por el cuadro.
El Greco murió en
Toledo el 7 de abril de 1614. Fue enterrado en una capilla de la iglesia Santo
Domingo el Antiguo. De esta iglesia sus restos fueron trasladados a otra. El
demolerla ésta se perdieron sus restos del que fuera uno de los más grandes
pintores de España.
Fuentes
bibliográficas:
George Kent, Los
grandes pintores y sus obras maestras, de Selecciones del Reader´s Digest - Breves
biografías íntimas de grandes pintores, de Editorial Molino.
Fotografías:
Cortesía de: Reprodart.com. – Señor del Biombo.com – RTVE.es - El Heraldo, España Ut Pictura Poesis Blog
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