Personajes de Venezuela
FRANCISCO DE MIRANDA:
el venezolano de mayor trascendencia universal
Iniciamos la sección “Personajes de Venezuela” con la biografía de don Francisco de Miranda,
precursor de independencia y de nuestra nacionalidad, un hombre inquieto,
trashumante, noble aventurero, entregado de lleno a la lucha en pro de la independencia
de su país. Liberal por convicción y revolucionario por necesidad, fue testigo
e interprete excepcional de una época tumultuosa, de la que emergía la
conciencia de un mundo nuevo y diferente.
Francisco de Miranda |
“Miranda: un nómada”,
como lo define uno de sus biógrafos Juan Carlos Chirinos, fue un viajero que
recorrió el mundo y que conoció a los personajes más importantes de su época:
George Washington, Thomas Jefferson, William Pitt, Catalina de Rusia,
Napoleón Bonaparte, Joseph Haydn, Thomas Alexander Cochrane,
Bernardo O'Higgins y
Simón Bolívar, entre
tantos otros.
La lectura de la vida
de Miranda, dice el historiador “nos sumerge en la más apasionante aventura que
se haya desarrollado entre el
siglo XVIII y principios del XIX, y constituye el mejor ejercicio de
universalismo que puede hacerse hoy en día. Su insaciable curiosidad hizo que
las costumbres con que se encontró, las lenguas que aprendió y los países que
visitó lo enriquecieran espiritualmente y, al mismo tiempo, nos habla de
un hombre que estaba más allá de las
fronteras y el
sectarismo nacionalista”.
Si pensamos que el
venezolano Francisco de Miranda participó de manera directa en las tres grandes
revoluciones de su tiempo, comenta el escritor Simón Alberto Consalvi,
prologuista de la biografía de Miranda escrita por Ines quintero, tenemos buenas razones para preguntarnos quién
fue ese personaje, y qué circunstancias hicieron posible que jugara un papel
protagónico en movimientos políticos de tal magnitud que no sólo ocurren una
vez en la historia, sino que cambian el destino del mundo: la revolución
norteamericana, la revolución francesa y la revolución independentista hispanoamericana.
Mientras los
norteamericanos combatían por su independencia, el joven Miranda andaba por el
Caribe, contribuyó en la guerra y, perseguido por la monarquía española, buscar
refugio en Estados Unidos. Conoció a los grandes personajes, Washington entre
ellos, y se deleitó en la observación y el aprendizaje en la primera república
democrática de su tiempo. Participó en la revolución francesa, llegó a ser uno de
sus generales, salvó la vida de los furores de la guillotina, y a partir de
entonces no tuvo otra obsesión que la independencia de su país, objetivo que
dominó toda su vida.
PASÓ LA MAYOR PARTE DE SU VIDA FUERA
DE SU TIERRA
Nace en Caracas el 28
de marzo de 1750, hijo de un comerciante canario y una caraqueña. Es un
estudiante inquieto, insaciable,
precoz. Entra a la
Universidad de Caracas
a los 12 años, para cursar
estudios de Latinidad en la
clase de Menores y,
tiempo después, de
Artes. A los 19
años es testigo
de una disputa que incidirá profundamente en su carácter:
los mantuanos caraqueños tratan
de desprestigiar a su
padre acusándolo de carecer de antepasados asentados durante los primeros tiempos
de la conquista, ejercer el oficio "infame y
vil" de comerciante y disponer, sin embargo, de una buena fortuna .
Después de varios
meses de polémica, el rey Carlos III, por medio de una Real Cédula, falla a favor
del canario.
Al concluir el ruidoso
pleito, Miranda escribe al capitán
general, en enero de 1771. Tras
hacer constar su "limpieza
de sangre", su soltería y
ausencia de compromisos, le
solicita su traslado a España para servir al rey. Tiene 20 años. Ese mismo mes sale de
La Guaira hacia Cádiz, donde
desembarca 35 días más tarde.
Se ubica en Madrid ,
donde estudia Matemáticas e
idiomas (con el tiempo, Miranda
llegará a conocer por lo menos seis lenguas y traducirá del
latín y del griego). Su afición por el conocimiento
lo lleva a la primera de sus transgresiones: lee y almacena libros prohibidos
por la Inquisición. A partir de ese momento cae sobre él una fuerte vigilancia por
parte de las autoridades
eclesiásticas.
Un año después entra
al ejército. Su primera misión está en
el norte de África, en Melilla,
Marruecos, donde combate durante
dos años.
A su regreso a España,
en 1777, empieza a sentir las consecuencias de algunas rivalidades: ese mismo
año sufre su primer arresto, tras ser acusado por el general O'Reilly
(quien había sido
su jefe en Melilla)
por el uso incorrecto del
uniforme, sale pocos meses más tarde, tras probar su inocencia.
Se reincorpora al
Regimiento de la Princesa en 1780 y se marcha a Cuba. Luego de un año en la
Habana, forma parte de una expedición que, como parte del pacto franco-español
para enfrentar a Inglaterra. Combate en Pensacola, Florida, bajo las órdenes
del general Juan Manuel Cajigal y apenas un mes después de su llegada ocurre la
capitulación de los ingleses. Por su actuación en Pensacola lo ascienden a
teniente coronel.
Le aguardan días
difíciles. En la Habana lo arrestan por haber permitido, un año atrás, la
visita del general inglés Campbel a las fortificaciones militares de la ciudad.
Pagó una condena de seis años en la prisión de Cádiz, acusado de sospechoso de
conspiración por la Corona española y perseguido por la Inquisición por sus
ideas revolucionarias.
Sale en libertad y
huye a Estados Unidos. Estudia la situación política de la nueva nación y entra
en contacto con la clase política republicana, desde el general Henry Knox y el
estadista Alexander Hamilton, hasta Samuel Adams, padre de la Revolución
Independentista y George Washington.
Decide regresar a
Europa y se instala en Londres, donde trata de resolver la situación ante las
autoridades españolas en Cuba y buscar apoyo para la independencia de
Venezuela. Visita varias ciudades de Europa y Asia y hace gran amistad con la
emperatriz Catalina de Rusia, quien trata de incorporarlo al ejército ruso.
Para el año 1789 está en Francia
Decepcionado por el
escaso interés de los ingleses, Miranda decide unirse al gran rival de estos.
Los girondinos reconocen su trayectoria militar y le ofrecen un puesto elevado
dentro de las filas de la revolución francesa. Bajo las órdenes de Carlos
Dumouriez, se destaca en la victoriosa batalla de Valmy, donde es ascendido a
teniente general tras la derrota del ejército prusiano.
En 1806 intentó la
empresa quijotesca de invadir a Venezuela con un centenar de voluntarios. Fue
un fracaso que no lo desanimó. Volvió a su tierra en 1810, después del 19 de
abril, luego de una ausencia de cuarenta años. En Caracas encuentra
resistencias y recelos, pero las circunstancias van poniendo en sus manos toda
la responsabilidad de la Primera República. Le encargan la ocupación de
Valencia que está en situación de rebeldía. Obtiene la victoria después de encarnizados
enfrentamientos. Recibe el título de Generalísimo.
Luego de la capitulación
de la Primera República ante Monteverde, es entregado por sus compañeros,
Bolívar entre ellos, y conducido a la prisión de La Carraca, en Cádiz, donde
muere el 14 de julio de 1816.
Pasó la mayor parte de
su vida fuera de su tierra, en búsqueda
de apoyo económico y militar para el proyecto que lo acompañaría hasta el fin
de sus días: liberar las provincias hispanoamericanas. Su vida, asediada por
intrigas y persecuciones, osciló entre los ambientes propios de las élites
culturales y políticas y la cárcel.
Fuente
bibliográfica:
Aventura y
tragedia de Don Francisco de Miranda, de José Nucete-Sardi, de Plaza &
Janes, Editores – Miranda, el nómada sentimental, de Juan Carlos Chirinos, del
Grupo Editorial Norma – Francisco de Miranda, biografía de Ines Quintero,
Biblioteca Biografica Venezolana y de
Rostros y personajes de Venezuela, de la C.A. Editora El Nacional.
Foto:
Cortesía de la website Noticias al Día
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