martes, 30 de enero de 2018


Grandes virtuosos de la música

WOLFGANG AMADEUS MOZART

El prodigio más admirado de la historia de la música

Este genio musical vino al mundo en una época y en un contexto cultural marcados por la aparición de grandes cambios en los terrenos de las ideas y la política. El siglo de Mozart es el Siglo de las Luces, desde luego, pero es también el momento histórico en que la fuerte identidad cultural germánica cobra cuerpo. Mozart y su obra se inscribieron en este contexto como una de las más decisivas aportaciones a la formación de la identidad cultural germánica.
Mozart nació el 27 de enero de 1756 en la pintoresca ciudad de Salzburgo, Austria, centro de cultura famosa, a mediados del siglo XVIII. De los siete hijos de Leopold con María Anna Perti, el futuro compositor nació justamente el año en que su padre publicara sus instrucciones sobre el arte de tocar el violín.
Ya a la tierna edad de tres años Wolfgang mostraba interés por el teclado. Su padre le instruía sistemáticamente y el niño realizó progresos tan asombrosos que al cabo de poco tiempo sobrepasó a su hermana Nannerl, que tenía cinco años más que él y era también una niña prodigio. Mozart contaba sólo cuatro años cuando compuso sus primeras piececitas para el clavicordio; a los cinco empezó a componer; a los seis, hacía maravillas con el violín, aunque nunca había recibido clases sistemáticas de este instrumento.
Podía leer música a primera vista, tenía una memoria prodigiosa y poseía una inagotable capacidad para improvisar. Definitivamente, no era un niño común.
Leopold presentó a su hijo en público, tomando parte en un concierto en la Universidad de Salzburgo. En 1763 Leopold llevó a sus dos hijos a una gira de conciertos. Cuando tocaron en el Palacio Imperial de Viena, el pequeño Wolfgang de siete años de edad, con deliciosa franqueza se declaró a la pequeña princesa María Antonieta, y subiéndose a la falda de la emperatriz la besó. Animado por la acogida dispensada a sus retoños en Viena, el padre emprendió con ellos una larga gira incluso por Alemania y Francia, Holanda e Inglaterra.
Durante su estancia en esta ciudad, organizó  el mayor  número  de conciertos  posible ante el más selecto  público.  Este patrón se repetiría  en todas  las giras. En varias oportunidades durante estas giras, tanto  Mozart como su hermana sufrieron serios percances de salud, incluida la temida viruela; el más grave fue el tifus que contrajeron los dos en La Haya, a finales de 1765. Pero no sólo los menores estaban expuestos: en 1778, Mozart  perdió a su madre en París, en uno de los episodios  más dolorosos  de su vida.
A partir de 1763 y hasta 1779, Wolfgang vivió al ritmo de largas y laboriosas giras, con esporádicos regresos a Salzburgo. Si se tiene presente que Mozart no llegó a vivir 36 años, no hay forma racional de entender la creación de 626 obras registradas, entre las que sobresalen 20 óperas y oratorios, 53 sinfonías, 32 cuartetos, 50 conciertos instrumentales y aún más sonatas para diversos instrumentos, música de cámara para todas las combinaciones posibles y otras obras maestras que desafían el tiempo.
Entre sus composiciones se encuentran: Las bodas de Figaro, Don Giovanni, Sonata para piano No. 11, Sinfonía No. 40, Misa de coronación, La clemencia de Tito, Quinteto con clarinete, Sonata para dos pianos en re mayor, Concierto para flauta y arpa, Mitridate, rey de Ponto, Concierto para violín    No. 5., Dona nobis pacem, Così fan tutte, El rapto en el serrallo, Serenata nocturna y Sinfonía No. 41, entre otros centenares de arreglos.
En 1781 Mozart se despidió de su ciudad natal para instalarse en Viena, y al año siguiente contrajo matrimonio  con  Constanze Weber, en contra de la voluntad de Leopold, que jamás llegaría a aceptarla.
Los años vieneses fueron simultáneamente de penurias y éxitos. Mozart  y Constanze  cambiaron  de domicilio cinco veces, llegando a subsistir en condiciones de gran precariedad material. De 1783 a 1789, los Mozart tuvieron cinco hijos, de los que logró sobrevivir solamente uno, Karl Thomas. En 1790, el matrimonio se había separado de hecho, aunque Mozart visitó en más de una ocasión a su esposa, instalada en Baden.
En el terreno de sus actividades musicales, los últimos diez años de la vida del compositor fueron los más fecundos de su carrera.
Mozart murió en la noche del 4 al 5 de diciembre de 1791, cuando aún no había cumplido 35 años, pobre y en soledad. Las causas de su fallecimiento estuvieron envueltas en rumores y leyendas, incluida la tesis del envenenamiento causado por su rival, Antonio Salieri. El diagnóstico médico oficial fue "fiebre miliar aguda'', posteriormente interpretado como fiebre inflamatoria de origen  reumático.  Recientemente se ha sugerido que Mozart pudo haber sufrido el síndrome de Schonlein-Henoch, (Trastorno que causa inflamación y sangrado en los vasos sanguíneos pequeños), que se habría manifestado ya en su infancia.  Al funeral, del que estuvo ausente Constanze, asistió un pequeño grupo de amigos. Debido a su situación financiera, los restos mortales de Mozart fueron depositados en una fosa común desconocida. Nadie supo a ciencia cierta donde se encontraba. Por tal motivo, en el año de su centenario, el gobierno nacional decidió eregir un pequeño monumento decorado con un ángel pensativo apoyado a una columna, no solo para rendirle homenaje, también para que haya un espacio físico real que mantenga encendida la memoria de este genio de la música.

Fuentes bibliográficas:
Historia de la música clásica. Gran selección de Deutsche Grammophon.
Grandes compositores Editorial Sol 90, Barcelona, España.
Grandes Compositores Salvat Editores, José López-Calo y otros,  España.
Grandes maestros de la música, recopilación de Domingo E. y Maritza Pumar.
Firmamento musical. Vida de los grandes compositores, Espasa-Calpe, España.
El mundo de la música, Espasa, Calpe. España
 y ABC de la música clásica, de Eckhardt van den Hoogen (190)
 Fotografía: Cortesía de The Famous People


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