miércoles, 31 de enero de 2018


Los museos más importantes

MUSEO DE ARTE MIMARA DE ZAGREB
una capital del arte

Sede del museo
El Museo Mimara fue creado por Ante Topic Mimara, un millonario croata, gran amante del arte, que hizo acondicionar un edificio escolar para instalar en el sus colecciones y que las dono a la ciudad de Zagreb.
La cantidad y variedad de obras expuestas son inmensas, desde arte de Extremo Oriente a pintura europea impresionista, pasando por la arqueología griega y la romana y por el arte sacro medieval (hay incluso varios ejemplos de pintura románica de la escuela catalana). Igualmente hay profusión de objetos de artes decorativas de muchas épocas y numerosas procedencias. La calidad en cambio es irregular, con algunas piezas magnificas, otras de calidad, no pocas de relleno.
Zagreb, en Croacia, es una magnífica ciudad antigua con actitud juvenil. En verano se llenan los cafés al aire libre, los escenarios artísticos florecen en la zona alta y en la baja, y los transeúntes atraviesan las galerías en que se exhibe interesante arte contemporáneo.
Figura de una niña, de Camille Corot. 
Los visitantes de la ciudad se enfrentan a un dilema, porque existen más de treinta museos y galerías para elegir: sólo para las bellas artes hay cuatro de renombre. Además de la Galería Strossmayer,  con la colección de Antiguos Maestros, y del Museo de Arte Moderno, que se encuentra frente a la anterior, están el Museo de Arte Contemporáneo, ubicado en un recinto íntimo en la Plaza Catherine, en la zona alta, y el Museo de Arte Moderno, donde se muestran los movimientos artísticos más importantes del siglo XX.
El museo más prestigioso es el Musej Mimara, ubicado en la Plaza Roosevelt, atrás de los jardines barrocos, pues alberga la colección del pintor, restaurador y coleccionista de arte Ante Topié Mimara (1898- 1987); este Museo se inauguró en 1987 en una antigua escuela secundaria, seis meses antes de su fallecimiento. El artista recién había regresado a Croacia después de pasar casi toda la vida en el extranjero. No obstante, los críticos d arte están divididos con respecto a la importancia de la  colección, pues no se tiene la certeza de que todas las pinturas sean genuinas.
El Museo, construido en 1985-1986 con un estilo de palacio  neo renacentista, no parece haber sido el edificio de una escuela, pero cuando se proyectó fue diseñado para ser  un espacio dedicado a la educación artística y se tenía planeado integrarle un museo que inspirara a los estudiantes. Aunque el plan nunca se llevó a cabo, el palacio, con su espléndido atrio, majestuosas escaleras y grandes salas, sigue impresionando al espectador de manera muy especial.
Cristal extraordinario
Escultura de hierro, del croata Dusan Dzamonja
El gran espacio es ideal para la colección actual, que consta de 3.750 piezas de  diferentes materiales pertenecientes a numerosas corrientes artísticas y áreas culturales: se exhiben cerca de 450 pinturas representativas de una gran variedad de escuelas, que incluyen trabajos realizados por Rafael, Velázquez, Rubens, Rembrandt y Goya; 200 esculturas que abarcan desde la antigüedad hasta el siglo XX; descubrimientos arqueológicos del antiguo Egipto, Mesopotamia, Persia, Creta, Grecia y Roma ; y 3.000 piezas de la antigua China y otras representativas del cercano Oriente y del lejano oriente. Una serie de 80 tapices perteneciente a los siglos XVI y XIX es testimonio de la pasión de los coleccionista de estas telas.
El repertorio de cristal es el más notorio, pues reúne más de 500 artículos, y muestra el desarrollo del material desde el antiguo Egipto hasta la segunda mitad del siglo XIX. Entre ellos se encuentra una botella con la forma de la cabeza de Jano, elaborada en el siglo II a.C., y una botella de color azul intenso de la época del Imperio Romano, del siglo III o IV de nuestra era. Valiosas piezas aguardan al visitante en la sección de cristal europeo, en donde los artesanos de Bohemia ocupan un lugar especial.
Comienza  con iconos
El espectador puede darse un merecido descanso en la cafetería del Museo, que lleva por nombre "Gimnasio", para recordar el grandioso pasado del edificio, antes de recorrer el tercer piso. La colección de pinturas expuesta en once salas es responsable de incitar a las personas a referirse al Mimara como el "Louvre de Oriente".
Cena en Emaus, de Michelangelo Caravaggio
La colección comienza con iconos de los siglos VI al XII, seguidos por tableros de los siglos XIV al XVII de las zonas de Chipre, Rusia y la Venecia bizantina. La colección de pinturas que se exhibe a continuación está en orden cronológico, por lo que las obras del Gótico tardío y de los inicios del Renacimiento van seguida por pinturas italianas del alto Renacimiento y el Barroco, que le han dado fama al Museo: las escuelas de Giuliano Bugiardini, Paolo Veronese y Tiziano Vecellio se exhiben junto a las de Michelangelo Caravaggio y Luca Giordano. Las celebridades del Barroco flamenco son Pedro Pablo Rubens y Anthony Van Dyck; y el arte holandés está representado por Rembrandt van Rijn, Jacob van Ruisdael y Albert Jacob Cuyp, entre otros. Los pintores españoles también son de gran importancia, con obras de Murillo, Goya y Velázquez, aunque el Mimara tiene cierta predilección por la pintura inglesa, como puede apreciarse en los cuadros de John Constable, Richard Parkes Bonington y George Morland. El Impresionismo también está presente, ya que junto a trabajos de Camille Pissarro, Edgar Degas y Edouard Manet, Las bañistas de Auguste Renoir atrapan la mirada, pues en esta primera obra de la serie que hizo el pintor, el espectador queda prendado de la perfecta armonía  entre la  naturaleza y el cuerpo femenino; la pintura está ubicada de tal forma que los asistentes se sienten testigos del placer que provoca un baño en verano.
Bibliografía:
-Enciclopedia Visual, de Editorial Cordillera de los Andes.
-Tripadvisor.es
Obras de arte cortesía de: www. Pinteres - www.pinterest.es – wikidate.org – Fine Art America y  barbarainwonderlart.com





martes, 30 de enero de 2018


Grandes virtuosos de la música

WOLFGANG AMADEUS MOZART

El prodigio más admirado de la historia de la música

Este genio musical vino al mundo en una época y en un contexto cultural marcados por la aparición de grandes cambios en los terrenos de las ideas y la política. El siglo de Mozart es el Siglo de las Luces, desde luego, pero es también el momento histórico en que la fuerte identidad cultural germánica cobra cuerpo. Mozart y su obra se inscribieron en este contexto como una de las más decisivas aportaciones a la formación de la identidad cultural germánica.
Mozart nació el 27 de enero de 1756 en la pintoresca ciudad de Salzburgo, Austria, centro de cultura famosa, a mediados del siglo XVIII. De los siete hijos de Leopold con María Anna Perti, el futuro compositor nació justamente el año en que su padre publicara sus instrucciones sobre el arte de tocar el violín.
Ya a la tierna edad de tres años Wolfgang mostraba interés por el teclado. Su padre le instruía sistemáticamente y el niño realizó progresos tan asombrosos que al cabo de poco tiempo sobrepasó a su hermana Nannerl, que tenía cinco años más que él y era también una niña prodigio. Mozart contaba sólo cuatro años cuando compuso sus primeras piececitas para el clavicordio; a los cinco empezó a componer; a los seis, hacía maravillas con el violín, aunque nunca había recibido clases sistemáticas de este instrumento.
Podía leer música a primera vista, tenía una memoria prodigiosa y poseía una inagotable capacidad para improvisar. Definitivamente, no era un niño común.
Leopold presentó a su hijo en público, tomando parte en un concierto en la Universidad de Salzburgo. En 1763 Leopold llevó a sus dos hijos a una gira de conciertos. Cuando tocaron en el Palacio Imperial de Viena, el pequeño Wolfgang de siete años de edad, con deliciosa franqueza se declaró a la pequeña princesa María Antonieta, y subiéndose a la falda de la emperatriz la besó. Animado por la acogida dispensada a sus retoños en Viena, el padre emprendió con ellos una larga gira incluso por Alemania y Francia, Holanda e Inglaterra.
Durante su estancia en esta ciudad, organizó  el mayor  número  de conciertos  posible ante el más selecto  público.  Este patrón se repetiría  en todas  las giras. En varias oportunidades durante estas giras, tanto  Mozart como su hermana sufrieron serios percances de salud, incluida la temida viruela; el más grave fue el tifus que contrajeron los dos en La Haya, a finales de 1765. Pero no sólo los menores estaban expuestos: en 1778, Mozart  perdió a su madre en París, en uno de los episodios  más dolorosos  de su vida.
A partir de 1763 y hasta 1779, Wolfgang vivió al ritmo de largas y laboriosas giras, con esporádicos regresos a Salzburgo. Si se tiene presente que Mozart no llegó a vivir 36 años, no hay forma racional de entender la creación de 626 obras registradas, entre las que sobresalen 20 óperas y oratorios, 53 sinfonías, 32 cuartetos, 50 conciertos instrumentales y aún más sonatas para diversos instrumentos, música de cámara para todas las combinaciones posibles y otras obras maestras que desafían el tiempo.
Entre sus composiciones se encuentran: Las bodas de Figaro, Don Giovanni, Sonata para piano No. 11, Sinfonía No. 40, Misa de coronación, La clemencia de Tito, Quinteto con clarinete, Sonata para dos pianos en re mayor, Concierto para flauta y arpa, Mitridate, rey de Ponto, Concierto para violín    No. 5., Dona nobis pacem, Così fan tutte, El rapto en el serrallo, Serenata nocturna y Sinfonía No. 41, entre otros centenares de arreglos.
En 1781 Mozart se despidió de su ciudad natal para instalarse en Viena, y al año siguiente contrajo matrimonio  con  Constanze Weber, en contra de la voluntad de Leopold, que jamás llegaría a aceptarla.
Los años vieneses fueron simultáneamente de penurias y éxitos. Mozart  y Constanze  cambiaron  de domicilio cinco veces, llegando a subsistir en condiciones de gran precariedad material. De 1783 a 1789, los Mozart tuvieron cinco hijos, de los que logró sobrevivir solamente uno, Karl Thomas. En 1790, el matrimonio se había separado de hecho, aunque Mozart visitó en más de una ocasión a su esposa, instalada en Baden.
En el terreno de sus actividades musicales, los últimos diez años de la vida del compositor fueron los más fecundos de su carrera.
Mozart murió en la noche del 4 al 5 de diciembre de 1791, cuando aún no había cumplido 35 años, pobre y en soledad. Las causas de su fallecimiento estuvieron envueltas en rumores y leyendas, incluida la tesis del envenenamiento causado por su rival, Antonio Salieri. El diagnóstico médico oficial fue "fiebre miliar aguda'', posteriormente interpretado como fiebre inflamatoria de origen  reumático.  Recientemente se ha sugerido que Mozart pudo haber sufrido el síndrome de Schonlein-Henoch, (Trastorno que causa inflamación y sangrado en los vasos sanguíneos pequeños), que se habría manifestado ya en su infancia.  Al funeral, del que estuvo ausente Constanze, asistió un pequeño grupo de amigos. Debido a su situación financiera, los restos mortales de Mozart fueron depositados en una fosa común desconocida. Nadie supo a ciencia cierta donde se encontraba. Por tal motivo, en el año de su centenario, el gobierno nacional decidió eregir un pequeño monumento decorado con un ángel pensativo apoyado a una columna, no solo para rendirle homenaje, también para que haya un espacio físico real que mantenga encendida la memoria de este genio de la música.

Fuentes bibliográficas:
Historia de la música clásica. Gran selección de Deutsche Grammophon.
Grandes compositores Editorial Sol 90, Barcelona, España.
Grandes Compositores Salvat Editores, José López-Calo y otros,  España.
Grandes maestros de la música, recopilación de Domingo E. y Maritza Pumar.
Firmamento musical. Vida de los grandes compositores, Espasa-Calpe, España.
El mundo de la música, Espasa, Calpe. España
 y ABC de la música clásica, de Eckhardt van den Hoogen (190)
 Fotografía: Cortesía de The Famous People


lunes, 29 de enero de 2018


PENSAMIENTOS DE LA SEMANA

EL VALOR DE LO ETICO
La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores. Oscar Wilde (1854-1900) Dramaturgo y novelista irlandés.

BOLÍVAR MÁS VIGENTE QUE NUNCA

“Si la lisonja es un veneno mortal para las almas bajas, los elogios debido al mérito alimentan las almas sublimes”. (9-10-1816)

domingo, 28 de enero de 2018


Protagonistas de la historia

CHARLES DE GAULLE:
El hombre predestinado de Francia

“El general Charles de Gaulle es una de las  personalidades más interesantes de nuestra época. Nos atreveríamos a decir que un caso excepcional entre los gobernantes de su tiempo; una persona donde el hombre y  el  político  aparecen totalmente  identificados en sus defectos y  en  sus  virtudes; un  hombre nacido para mandar  y  un  político  que  está  convencido  de  ser la encarnación histórica  de Francia,  que tiene una fe ciega en los destinos de su país y que se  propuso convertir a Francia en la primera nación de Europa, quiéranlo o no  los  franceses, lo  consientan o no el resto de  los  países  europeos.  Porque  Charles  de  Gaulle fue un hombre con ideas propias,  independiente  y  tenaz, que se nos  aparece  como  un  eterno  rebelde  a  lo  largo de toda su vida”, así se expresa uno de sus biógrafos José María Ballester, sobre la personalidad de este protagonista de la historia.

SU ESTIRPE
Charles de Gaulle nació en Lille en 1890, en el seno de una familia conservadora de tendencias monárquicas y formación católica. Estudió en  un colegio religioso y posteriormente se graduó en  la academia militar de Saint-Cyr. Fue destinado a un regimiento cuyo coronel jefe era Pétain, luego célebre  mariscal de la I Guerra  Mundial. De Gaulle participó en ella, fue herido y hecho prisionero por los alemanes. En el período de entreguerras,  fue ascendiendo  regularmente  y se  caracterizó por sus repetidos intentos de  llamar la atención  de  las autoridades en pro de una reforma del ejército y de la constitución  de unidades acorazadas. La II Guerra  Mundial  le sorprende  con  el grado de coronel. Es ascendido a general de brigada provisional y nombrado subsecretario de Estado para la Defensa. Cuando el mariscal  Pétain,  en el nuevo gobierno, pide el armisticio, De Gaulle huye a Londres y lanza su proclama de rebeldía. De 1940 a 1943 constituye,  con grandes esfuerzos, el embrión de la Francia libre de ultramar. A partir de 1943 se transforma en el líder, cada vez menos discutido, de la nueva  Francia.

Durante todo 1945 Charles de Gaulle continuó batallando con los aliados como con su enemigo común. Su energía se dedicaba tanto a luchar por un sitio de igualdad para Francia en el mundo de la postguerra, como a la lucha contra los nazis.
En febrero de 1945 Franklin Delano Roosevelt, presidente de Estados Unidos de Norteamérica y Winston Churchill, primer ministro de la Gran Bretaña, se reunieron con el líder ruso Joseph Stalin, en la ciudad turística de Yalta, en el mar Caspio. Allí hicieron planes para el ataque final contra Hitler y para el período de la postguerra. No se invitó al general De Gaulle. Roosevelt fue el principal responsable de que no se le incluyera, pero Stalin y Churchill tampoco protestaron mucho. De hecho, Churchill comentó: "No se me ocurre que haya nada más desagradable e imposible que tener a ese amenazador y hostil entre nosotros".
No obstante, Churchill luchó a brazo partido durante la conferencia en pro de los intereses franceses. Consiguió para Francia una invitación como copatrocinadora, junto con los Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Soviética y China, de las Naciones Unidas, que se formarían en poco tiempo.
De Gaulle se enfureció por el desaire que representaba para él la reunión de Yalta. Rechazó la invitación a patrocinar las Naciones Unidas, y lo que fue peor, rechazó la invitación del presidente Roosevelt a reunirse con él en Argelia para informarle sobre lo que había sucedido en Yalta.
En esa ocasión de Gaulle fue demasiado lejos.
Tras de los desembarcos aliados, entra en París, preside el gobierno provisional, del que dimite. De 1946 a 1958 vive apartado de la política  y escribe sus memorias. En 1958 vuelve al poder ante los acontecimientos de Argelia.

LOS AÑOS DEL OCASO
La crisis de Argelia no había agotado la gran energía de Charles de Gaulle. Durante esos años también dedicó muchos esfuerzos a la reconstrucción de Francia. Por fin tenía la oportunidad de crear la clase de gobierno que en su opinión se necesitaba para restablecer la plenitud de la grandeza de su país. Había sentado las bases de una nueva constitución que le daba al presidente el poder supremo. Ahora el presidente desempeñaba su cargo durante un período de siete años y ya no podía ser expulsado de su cargo por un Parlamento bajo el dominio de los partidos.
En 1959 el pueblo de Francia demostró que también había llegado a respaldar este nuevo concepto de gobierno. La votación a favor de la Constitución fue del 80 por ciento. El pueblo también mostró una nueva confianza en el hombre de las ideas. Eligieron a Charles de Gaulle como primer Presidente de su nueva Quinta República.
Con las bases en su sitio y el apoyo del pueblo, De Gaulle logró llevar orden y fuerza al país. De la estabilidad de su nuevo gobierno, menos partidista, surgieron algunos de los años más pacíficos y prósperos que Francia ha visto en muchos años.
De Gaulle también comenzó a prestar atención a la función del gobierno que más amaba: la política exterior. Más aún que de la prosperidad y la unidad domésticas, De Gaulle creía que la grandeza de Francia  dependía  de  atrevidas   e   independientes negociaciones con el resto del mundo.
Resuelto el problema argelino dando la independencia a este  país que suscita el descontento  de  parte del ejército y de los colonos, se lanza a grandes reformas de política exterior (OTAN, Mercado Común, la Europa de las patrias), e interior. A partir de  mayo de 1968, la presión estudiantil y obrera pone en crisis su gobierno y provoca su dimisión en 1969. Muere el 9 de noviembre de 1970.

Bibliografía:
-De Gaulle, biografía de Jean Lacouture, Editorial Salvat de Grandes Biografías.
-De Gaulle, biografía de Susan Banfield, líderes del mundo, Editora Cinco.
Charles de Gaulle, de José María Ballester, Protagonistas de la Historia, de Iberico Europea Ediciones.
Fotografía: Cortesia de Tweets Charles de Gaulle.


sábado, 27 de enero de 2018


El libro de la semana


CIENCIA Y SUPERVIVENCIA

de Barry Commoner

Los últimos descubrimientos científicos han liberado fuerzas cuyos efectos es muy difícil de prever y que pueden ocasionar una peligrosa transformación. Este hecho comparado experimentalmente, puede representar un evidente obstáculo para la normal propagación de la vida humana y, lo que es más, su extinción repentina o gradual.

El autor fue director del Centro de Biología de la Universidad de Washington,  estudia el fenómeno y analiza sus causas, enfrentándose con decisión a las marrullerías sociales y políticas que crean situaciones cuyo desenlace implica la desnaturalización de los fines científicos o la utilización inadecuada de los productos obtenidos.
“Si los rectores de la política  hacen suya esa doctrina cardinal, podremos saborear los frutos del saber científico sin destruir el árbol de la vida”, ha dicho una personalidad norteamericana tras la lectura de este libro.

SOBRE EL AUTOR
Barry Commoner, nació en Brooklyn, el 28 de mayo de 1917; y falleció el 30 de septiembre de 2012. Fue un biólogo estadounidense, profesor universitario, ecosocialista y activista político comprometido de izquierdas, antifascista y crítico de los movimientos que consideraba pseudoecologistas. Fue candidato a Presidente de los Estados Unidos por el Partido de la Ciudadanía. Se le considera el fundador del movimiento ambientalista en el mundo.
Se tituló en zoología en la Universidad de Columbia (1937) y obtuvo su master y su doctorado en la Universidad de Harvard (1938, 1941) Tras servir como teniente en la Armada de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, Commoner se trasladó a San Luis y se convirtió en profesor de fisiología vegetal en la Universidad de Washington, donde enseñó durante 34 años. En 1966 fundó el Centro para la Biología de los Sistemas Naturales para el estudio de la ciencia del ecosistema global.
Durante los 1950s, Commoner adquirió notoriedad al pronunciarse en contra de las pruebas nucleares. Escribió varios libros sobre los efectos ecológicos negativos de las pruebas nucleares en la superficie. En 1970 recibió el Premio Internacional al Humanismo de la Unión Internacional Humanista y Ética. En su libro de 1971 El círculo que se cierra sugirió una respuesta de izquierdas, ecosocialista, a la tesis de los límites del crecimiento, postulando que las tecnologías capitalistas eran responsables en gran parte de la degradación medioambiental, mientras que se oponía a la presión demográfica. En 1980 fundó el Partido de la Ciudadanía para que sirviera de vehículo a su mensaje medioambiental, y su candidatura para la presidencia obtuvo 233.052 votos (un 0,27% del total). [1].

Tras su fallida tentativa electoral, Commoner regresó a la Ciudad de Nueva York y trasladó el Centro para la Biología de los Sistemas Naturales al Queens College. Cedió su posición en 2000 y en sus últimos años fue un científico superior en el Queens College. Fue miembro de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.

viernes, 26 de enero de 2018


Pintores y escultores universales

EUGENE DELACROIX: 

precursor del arte moderno

Eugene Delacroix
Ferdinand Víctor Eugené Delacroix, pintor francés, nació en Charenton-Saint-Maurice, un barrio residencial de París, el 26 de abril de 1798, nueve años después de estallar la Revolución Francesa. Si bien su padre nominal era ministro de Francia en Holanda, la mayoría de sus biógrafos afirman que en realidad era hijo del príncipe Charles Maurice Talleyrand, exprimer ministro de Francia y gran diplomático. En la familia de su madre se habían hecho notar varios artistas de talento y cuando el niño recibió de  un  tío el regalo de una  caja de pinturas, quedó decidida su vocación. A los dieciséis años de edad era ya huérfano de padre y madre, circunstancia agravada por el hecho de que la fortuna familiar se había esfumado; más  tarde habría  de escribir:
“No hay peor situación que la de no saber dónde la siguiente semana".
Era de temperamento excitable, y una vez se emocionó tanto al contemplar una a tela que atravesó medio París a más correr para llegar a su buhardilla y comenzar a pintar antes de que se desvaneciera en su mente la imagen que lo había inspirado. A los veinticuatro años se presentó con una obra ante el público del Salón parisiense; era demasiado pobre para comprar  marco al  lienzo de dos metros y medio de ancho que quería exhibir, y tal vez no hubiese llegado a figurar  en  la exposición  a no ser por un admirador que le proporcionó un  hermoso marco. El óleo, que cuelga hoy en el Louvre, era Dante y Virgilio en el Infierno.
Dante y Virgilio en el infierno
Delacroix acudió a la apertura de la exposición impaciente por oír el dictamen de los críticos, pero en vez de los elogios que esperaba solo oyó risas y burlas. "Un pintamonas sin sentido", decía uno. "Un charlatán de feria", exclamó otro. Al día siguiente compró los diarios: solo uno se refería a él en términos favorables. Adolphe Thiers, el futuro historiador y presidente de la República francesa, afirmaba que era una obra muy bella, en la cual se advertía aquí y allí "un resplandor de talento". Esto consoló al joven artista, quien olvidó las críticas adversas e inició así una carrera extraordinariamente fecunda.
La muerte de Sandanápalo
"Trabajar es mi única pasión, ¡pero qué pasión!" ha escrito. Y en efecto de pie al llegar el alba, se desayunaba con un trozo d pan y pintaba sin descanso hasta la puesta del Sol; entonces, embotadas sus fuerzas y su sensibilidad, leía versos para renovarlas. En aquellos días anteriores a la invención  de la cámara fotográfica se recurría mucho a los pintores para que representasen episodios de la historia contemporánea, y Delacroix los reproducía con una riqueza de luz y color que habría de inmortalizarlo.
"Una pintura debe ser primero y sobre todo un festín para los ojos", decía. Y en este sentido, era un rey de la gastronomía. Esta habilidad lo hizo rico; el gobierno le brindaba un amplio campo con su interés por la decoración de nuevos edificios públicos, y Delacroix fue uno de los primeros pintores de la época moderna que se ganaron bien la vida con su pincel.
Delacroi figuró entre los primeros que se inspiraron en motivos de África del Norte, que recorrió durante seis meses, cuaderno de apuntes en mano, dibujando personajes y lugares, y recogiendo ideas y temas que utilizaría toda su vida.
En su vida personal, u rostro y porte de galán atraía muchas mujeres que lo perseguían, pero su verdadero y duradero amor fue la baronesa Josephine de Forget, y es seguro que, a no ser por su mala salud, se habría casado con ella.
Su afección de  la garganta  empeoró  con  la  edad  y  hubo  días  en  que  no  podía  articular  una  sílaba.  Su  ama  de llaves, Jenny, que lo había acompañado durante veintiocho  años,  montaba  guardia  a  la  puerta  para  protegerlo le cuanto pudiera perjudicar su salud o distraerlo de la pintura;  al  debilitarse   el  pintor   progresivamente,  negó   la entrada  a  todo  el  mundo  con  excepción  del  médico. Un
académico  de  Bellas  Artes  fue  a  ver  a  Delacroix,  quien rechazado o siete veces antes  de  ser  finalmente aceptado por  la augusta institución,  no quiso  recibirlo.  "Ya  me han insultado  bastante", le dijo a Jenny.
Murió el  13 de agosto de 1863 a  los sesenta  y cinco años, y antes había  declarado:   "¡Si   me   restablezco,  pienso -rosas maravillosas! Me hierve la mente de ideas".
Mademoiselle Rose
Los honores  que  ambicionó   toda  su   vida  le habían llegado tarde... en realidad, demasiado tarde. Nunca había sido aceptado  en  los  círculos  de  la  alta sociedad, pero ya en sus postrimerías le llovieron las invitaciones. Por otra parte, aunque siempre contó con el entusiasmo de los jóvenes, los críticos de la  vieja  escuela  le negaron su aprobación hasta el último minuto

Al final de su vida se convirtió en el gran decorador de interiores de París, con obras relevantes para el palacio Borbón, el palacio de Luxemburgo, el Louvre y la iglesia de Saint-Sulpice. Fue uno de los personajes más ilustres de su tiempo, amigo de Charles Baudelaire y Víctor Hugo entre muchos otros, y dejó un Diario que constituye una interesante y valiosa fuente de información respecto a su vida y su época.
Entre sus obras se encuentran: “Dante y Virgilio en el infierno”; “Desnudo de un loro, “La muerte de Sandanápalo”, “Mademoiselle Rose”, “Medea furiosa”, “Michelangelo in his Studio”, “Cleopatra and the Peasant”, entre otras.
Fuentes bibliográficas:
-Biografía de George Ken, los grandes pintores y sus obras maestras, de Selecciones del Reader´s Digest.
 -Biografías y vida. Enciclopedia biográfica en línea.
-Fotografía: Cortesía de: revistadeartelogopress.com
-Obras de arte cortesía de: Wikipedia. org - Pintura de varias épocas y Museoteca.


jueves, 25 de enero de 2018


Personajes de Venezuela

ALDEMARO ROMERO

Icono de la escena musical criolla

Aldemaro Romero
El nombre de Aldemaro Romero está inscrito en los anales de la música venezolana del siglo XX. Inconforme, creativo, polémico, afortunado en los dominios de la imaginación. Quiso estar siempre en la vanguardia, pienso que éste es uno de sus signos, revela uno de sus biógrafos, el crítico Federico Pacanins, quien lo define como "uno de los más versátiles, polifacéticos y prolíficos de los músicos nacidos en Venezuela".
A los 9 años tocaba la guitarra y cantaba en la hora infantil de la radio de su pueblo natal, Valencia, Edo. Carabobo.
A los 14 años llegó a Caracas y desarrolló una carrera de pianista y compositor de canciones populares tocando en emisoras de radio, en salones de baile y en fiestas populares. Después de una carrera de 6 años, a los 20 años dirigió por primera vez una orquesta en la radio. Desde entonces se convirtió en favorito de los cantantes de música popular del momento, siendo su arreglista y su director musical tanto en presentaciones personales como en discos.
Como arreglista le fue ofrecido un contrato en 1950, a los 22 años, por la RCA de New York City. Allí grabó muchos discos como acompañante de artistas latinos famosos y al año siguiente, 1951, grabó su primer LP histórico: “Dinner in Caracas”, el cual batió todos los records de venta en América. Años más tarde grabó un segundo volumen de esta música en el RCA Italiana. En New York City su habilidad como arreglista lo convirtió esta vez en arreglista de célebres orquestas y artistas como Dean Martin y Jerry Lewis, Stan Kenton, Ray Mc Kinley, Machito, Noro Morales, Miguelito Valdés, Tito Puente…
Un momento estelar de Aldemaro fue sin duda, la creación de El Círculo Musical, con motivo de la celebración de los 400 años de Caracas, 15 volúmenes discográficos y 5 libros. No cabe duda de que se trata de una de las grandes proezas de la cultura venezolana.
A finales de los años 60, crea el ritmo “Onda Nueva” (joropo urbano que acude a recursos no utilizados antes en el joropo) con la ayuda del patrón rítmico inventado por Frank Hernández “El Pavo”.  Llevó a cabo los Festivales de Onda nueva, festivales internacionales que se celebraron en Caracas durante los años 1971, 1972 y 1973 con la participación de las más grandes celebridades mundiales de la época.
Dos países le fueron muy especiales: Italia y Rusia. Italia donde grabó discos, actuó en la RAI e hizo una película con Maximilian Schel y Rossana Schiaffino, “La Epopeya de Bolívar”, dirigida por Alessandro Blasetti, cuya música ganó para Romero el “Premio de la Paz de los Intelectuales Soviéticos” en el Festival de Cine de 1969, en Rusia.
Actuó también en México, Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, Colombia, Perú, Brasil, Argentina, España, Francia, Grecia, Suiza, Suecia, Japón y Egipto.
Ganó el 1er Premio como Arreglista y Director en el Festival de la Canción Latina de México (1974), en el  Festival de Mallorca (1976), en las Olimpiadas Musicales de Grecia (1977)  y el Superestrella Internacional  en el Music-Expo de Miami (1975)
A principios de los años 80 el Maestro Romero fundó la Orquesta Filarmónica de Caracas, siendo su director principal. Dirigió también la London Simphony Orchestra, la English Chamber Orchestra, la Orquesta de la Radio y Televisión Rumana, y la Royal Philarmonic Orchestra.
En el año 2000, Aldemaro Romero recibió el Premio Nacional de Música de Venezuela, y en el año 2006 le confirieron tres Doctorados Honoris Causa en la Universidad de Carabobo (Valencia, Edo. Carabobo), en la Universidad Lisandro Alvarado (Barquisimeto, Edo. Lara) y en la Universidad del Zulia (Maracaibo, Edo. Zulia).
El legado musical del Maestro Romero alcanza más de 250 composiciones. En la música popular se han recopilado 126 canciones y 31 instrumentales. En el campo de la música académica Aldemaro Romero compuso 100 obras para orquesta, orquesta y coros, ballet, conciertos y música de cámara, la mayoría de ellas en sus últimos 10 años de vida los cuales dedicó casi de lleno a esa actividad, quedando sin estrenar, a la fecha de su partida, 49 de esas obras.
Aldemaro Romero fue conductor de diversos programas de televisión y de radio, conduciendo en el último año de su vida el programa “Otra vez Aldemaro” en la Emisora Cultural de Caracas; y fue columnista regular del diario Notitarde de Valencia por más de 10 años.
Aldemaro Romero fue, además, Senador del Congreso de la República de Venezuela y fundador de P.A.C.I., Asociación de Parlamentarios Amigos de la Cultura Italiana.
El crítico musical Eleazar López Contreras (nieto del ex-presidente venezolano del mismo nombre) escribió lo siguiente acerca del legado de Aldemaro Romero:
Los vastos conocimientos de Aldemaro Romero estaban fundamentados en su enorme talento, que le permitieron conocer y absorber el hecho musical desde la perspectiva de ejecutante, arreglista y director. Como quien tiene talento lo tiene para todo —tal como él solía decir—, Aldemaro lo tuvo en muchos campos, lo cual le dio una increíble experiencia en múltiples áreas relacionadas con la música.
En los últimos años estaba parcialmente retirado, por lo que su actividad discográfica había cesado. Falleció al complicarse el estado de su salud, siendo diabético, con una oclusión intestinal en la mañana del 15 de septiembre de 2007.

                                           Fuente bibliográfica: 
Biblioteca biográfica venezolana, buenamusica.com
                                                                                                                           y aldemaroromero.org.
                                                                                                    Foto: Cortesía de Buena música.com






miércoles, 24 de enero de 2018


Los museos más importantes                                    

EL HERMITAGE DE SAN PETERSBURGO

Sede del museo en San Petersburgo
El Zar Pedro I de Rusia (Pedro El Grande) hizo construir una ciudad en el delta donde el Neva fluye hacia el Báltico. La ciudad recibió el nombre de San Petersburgo en honor a San Pedro y, por supuesto al propio zar. Los trabajos se iniciaron en 1703; el arquitecto italiano Bartolomeo Rastrelli diseñó los edificios oficiales para la nueva residencia real ubicada sobre 44 islas y dividida por más de 60 canales.
La construcción demoró mucho tiempo y el diseño de Rastrelli concluyó durante el reinado de la emperatriz Catalina II (Catalina La Grande).
La emperatriz poseía colecciones de arte que había heredado de sus antecesores y reunió sus propios tesoros albergándolos en una pequeña parte del palacio conocida como el pequeño Hermitage.
A partir de la Revolución de Octubre, en 1917, las colecciones pasaron a poder del Estado. Las instalaciones son de un palacio antiguo, y el tamaño y alcance de las colecciones evocan el Louvre de Paris: el Hermitage posee ahora alrededor de 2.7 millones de obras de arte, lo que lo convierte en uno de los museos más importantes del mundo.
En sus salones se encuentran salas que contienen los objetos de arte ruso y en otras secciones muestran la pintura italiana, española, flamenca, holandesa, alemana, francesa e inglesa, desde finales de la Edad Media hasta el siglo XX.
También están expuestas las joyas de la corona de Pedro el Grande. Así como los huevos de porcelana Fabergé.
En el Hermitage se encuentran obras de los moscovista Iván Morosov y Sergei Shchukin, esculturas de Rodin y varios oleos de Paúl Cézanne, Pablo Picasso y Henri Matisse.

                                Fuente: Enciclopedia Visual.   Oleos: Los Grandes Museos de Europa

domingo, 21 de enero de 2018


Protagonistas de la historia

CHARLES DARWIN

La evolución del pensamiento

Charles Darwin
La teoría de Charles Darwin sobre la evolución de los seres vivos, ha estado rodeada de entusiasmo y polémica desde su aparición, es uno de los logros capitales de la ciencia y el pensamiento del siglo XIX, con una influencia que llega hasta nuestros días. No es de extrañar, por lo tanto, que la vida del creador del evolucionismo, su extraordinaria aventura al bordo del “Beagle” y el largo proceso de maduración de su pensamiento configuren una historia humana y científica tan atractiva.
Charles Roberto Darwin nació el 12 de febrero de 1809, en Shrewsbury, un pueblecito de Shropshire, Ingleterra; justamente el mismo día en que también nació otro gran protagonista de la Historia: Abraham Lincoln. Fue Charles el quinto hijo del doctor Roberto Waring Darwin, quien a su vez era hijo de un  distinguido  hombre de ciencia. La madre de Darwin, Susana Wedgwood, procedía de una familia distinguida, era hija de un famoso y acaudalado ceramista de la época, Josiah Wedgwood. Charles conservaba muy pocos recuerdos de ella, ya que murió cuando él tenía sólo ocho años. En su Autobiografía, Darwin confiesa que recordaba  muy  pocas cosas de la muerte de su  madre.
Con su  padre, en cambio que era médico,  naturalista y poeta conocido, tuvo ocasión de convivir más largamente. En la escuela de Samuel Butler, a la que asistió de niño, Charles adquirió, un poco a la fuerza, una cierta formación clásica; pero su afición a las ciencias naturales tuvo, sin embargo, ocasión de satisfacerse en las excursiones por el campo, en el laboratorio de Química que tenía montado en casa su hermano mayor, y en las veladas en que su padre les hablaba de las ideas del abuelo Erasmo y de las suyas propias.
El apellido Darwin era conocido desde hacía tiempo en el mundo científico  inglés.  El abuelo  Erasmo -el «célebre Dr. Darwin», como le llamaba el  público culto del siglo XVIII, fue un médico, anatomista, botánico y poeta, que en una obra llamada  Zoonomía o las leyes de la vida orgánica (1794-1796) pretendió explicar los  fenómenos  vitales  en  unos  términos de  materia  y movimiento, que se anticiparon en algún modo a las interpretaciones evolucionistas de Lamarck, naturalista francés y de su propio nieto.
A través de observaciones v reflexiones muy perspicaces, el abuelo de Charles Dawin acertó efectivamente a pensar que «todos los animales sufren transformaciones continuas... muchas de las cuales se transmiten a su descendencia». Meditando   además  sobre  la semejanza estructural de los animales de sangre caliente, Erasmo Darwin imaginó que a lo largo de millones de años, y  en virtud de pequeñas transformaciones, quizá todos estos animales de sangre caliente hubieran podido surgir “de un único  filamento viviente”.
El propio padre de Charles Darwin fue,  como hemos dicho, un médico naturalista y poeta distinguido, que acostumbraba a comentar con sus  hijos todas las ideas biológicas. Por supuesto, el  joven Charles no entendía demasiado bien tales explicaciones y, en realidad, lo que le gustaba era coleccionar guijarros, plantas, insectos y huevos de pájaros,  así  como  disparar a  las ratas y a los perros de los alrededores. No obstante, es posible  que  todas esas ideas quedaran  «guardadas  en  su corazón y contribuyeran a la formación de su pensamiento posterior sobre la evolución.
A los dieciséis años, su padre le envió, junto con su hermano   Erasmo,    a   la   Universidad    de  Edimburgo -donde pasó dos cursos-, con el fin de que siguiera la tradición médica de la familia. Igual que en  Shrewsbury en Edimburgo tampoco le gustaban las clases. Darwin continuaba atraído por  la  Historia  Natural.  Le gustaban las lecciones de Jancson sobre Zoología y Geología y se interesó también por la Biología  marina,  acerca  de  la cual presentó, por mediación de algunos amigos,  un  par de comunicaciones en la Sociedad Linneo. Un día, sin embargo, Darwin tuvo que presenciar la operación de un niño. En aquella época, claro está, no  había anestesia,: y Darwin no pudo resistir el espectáculo.  Huyó,  y abandonó para siempre la medicina, ya que para entonces estaba enterado de que no necesitaría trabajar para  vivir. Su padre, entonces, pretendió que se  hiciera  abogado, cosa que contrariaba profundamente a Darwin. Un poco como último recurso,  el  padre  intentó  orientarle  hacia los  estudios teológicos.
Por fin, en 1828, y tras algunos meses dedicados en Shrewsbury  al  refresco  de su  educación clásica,  Darwin ingresa efectivamente, en el Christ´s College, de Cambridge, donde permanece hasta 1831. Con ayuda de los profesores,  va  pasando  curso   tras  curso  sin  pena ni gloria: finalmente se gradúa como Magister Artium, con el número 10 de los que no aspiran a nota. Se hace anglicano y hasta llega a trabajar en una iglesia rural. En realidad, sin embargo, lo que le ha interesado de Cambridge no ha sido su carrera de Letras. Igual que en Shrewsbury y Edimburgo, lo que le ha atraído al joven Darwin ha sido la equitación y caza de pequeños animales, hacer colecciones de escarabajos y, además, pasear con el reverendo John Stevens Henslow, profesor de Botánica de la Universidad, por cuya materia se interesa apasionadamente. Es precisamente en esta etapa cuando establece amistad  con  el  geólogo   Sedwick   -a quien acompaña en una excursión científica por Gales-, cuando lee a Lamarck y  a  William Herschell, astrónomo germano-britanico; por  primera  vez oye hablar  de  Charles Lyell, uno de los fundadores de la geología moderna  y conoce  a Alexander von Humboldt, naturalista alemán.
Pronto advierte el doctor Roberto Waring Darwin  que los problemas profesionales de su hijo Carlos no han concluido con la graduación en Cambridge. Recomendado por el profesor Henslow, que ha advertido en Darwin un talento poco común para las  ciencias  naturales, el joven Darwin pretende embarcar como naturalista sin sueldo en una nave de Su Majestad, el Beagle, bergantín de 235 toneladas que está a  punto de  zarpar para un largo viaje de exploración alrededor  del mundo.
Como es lógico, este tercer  cambio de profesión  no deja de preocupar al padre de Darwin. Finalmente, el padre cede y Darwin se hace a la mar con el Beagle, a los veintidós años de edad, el 27 de diciembre  de  1831. Nada más alejarse de Davenport, cuando  apenas  ha dejado de divisarse la línea de la costa,  Darwin se marea y se encierra en su camarote con  un ejemplar del primer tomo de los Principios de Geología, de Lyell. El reverendo Henslow le había  recomendado  la lectura  de  este autor,  a la vez que le había sugerido un cierto escepticismo respecto a sus doctrinas: “Lea a Lyell, pero no crea lo  que dice”, había sido el consejo. Darwin, no obstante, tomó muy en serio al famoso geólogo. -Un año después, estando  anclado  en  Río  de  la  Plata,  de  vuelta  de  una  expedición  por  Brasil,  el  correo  le  trajo  con  las  cartas de la  familia  y  la  prensa  inglesa,  el  segundo  tomo  de los Principios, de Lyell.
Por aquel entonces se suponía que la Tierra había sido creada hacía unos seis mil años. De otra parte, los grandes accidentes  geológicos y la extensión  de las especies que atestiguaban los fósiles, se entendía que habían sido producidos  por  grandes  catástrofes,  tras  las cuales Dios había vuelto a crear otras especies.
La lectura de Lyell sirvió a Darwin para romper con tales presupuestos; y en este sentido le facilitó el curso de sus ulteriores aventuras intelectuales, que finalmente lo llevan a crear la teoría científica de “la evolución de las especies”.
En el invierno de 1881-1882, Darwin  comenzó a padecer graves problemas cardiacos. El 12 de febrero de 1882, cuando tenía ya setenta y tres años, escribió a un amigo: “Se acerca el final de mi camino”. Era verdad, tras una breve enfermedad, Darwin murió de un ataque al corazón el 19 de abril de 1882. Sus restos de hallan enterrado en la abadía de Westmister, en Londres, donde reposa también el cuerpo de Isacc Newton.

Bibliografía:
Biografía de Charles Darwin, de José Luis Pinillos Díaz, publicada en Protagonistas de la Historia, de Iberico Europea Ediciones.
Darwin, biografía de Sir Julian Huxley y H.D.B. Kettlewel, de Editorial Salvat, Grandes Biografías.

Fotografía: Cortesía de: Encyclopedia Britannica.

sábado, 20 de enero de 2018


El libro de la semana

EL MILAGRO, de Irwing Wallace

La noticia que acaba de divulgar el Vaticano conmociona a todo el mundo: según unos recientes descubrimientos, la Virgen María reaparecerá  en Lourdes en fecha próxima para llevar a cabo unas curaciones milagrosas.  Con  este  motivo  se produce una afluencia en la famosa gruta de peregrinos, entre los cuales se encuentran los protagonistas de esta novela: una  periodista  norteamericana que  vive en París y que  anda en busca  de un  reportaje escandaloso, una dama de los Estados Unidos que acude a Lourdes en agradecimiento por su curación ocurrida años atrás, un joven casi desahuciado, que abandona  su tratamiento  en espera de un  milagro, un diplomático ruso que se entera de que tiene una enfermedad incurable y acude de incógnito a Lourdes, un terrorista de la ETA que considera la gruta como un símbolo de la represión. Entre la esperanza y el escepticismo, todo este grupo coincide en Lourdes en espera de  los próximos  acontecimientos.
Con su habitual dominio de la narración y del suspense, Wallace nos introduce en ese mundo extraordinario en el que se mezcla la fe auténtica con la explotación comercial de las esperanzas de los enfermos y nos proporciona al mismo tiempo la más sorprendente y entretenida de sus novelas.

SOBRE EL AUTOR
Irving Wallace es uno de los escritores más leídos de la actualidad en todo el mundo. Nació en Chicago, Illinois, Estados Unidos de Norteamérica, desde muy joven comenzó a escribir artículos y narraciones en numerosas publicaciones estadounidenses como The Saturday Evening Post, Esquire, Cosmopolitan, Reader´s Digest, Saturday Review y otras.
Se alistó en el ejército en 1942 y se le destinó a la Primera Unidad Cinematográfica, donde trabajó con el teniente Ronald Reagan, le trasladaron después al Signal Photographics Corps, donde realizó, junto al coronel Frank Capra, el capitán John Huston y el director Joris Ivens, documentos de divulgación popular. En 1946 fue dado de baja del ejército por tiempo de servicio.
Aunque ya había publicado varios libros fue su novela El Informe Chapman (1969) la que le hizo famoso. A partir de entonces sus libros encabezaron unos tras otros la lista de best-sellers norteámericanos. Entre sus obras merecen destacar, entre otros, El Premio Nobel, que dio lugar a una famosa película interpretada por Paul Newman y Edward G. Robinson. El complot, Siete minutos, La vigesimaseptima esposa y la creación de una novela.

Los libros de Wallace se han traducido a todos los idiomas, incluido el ruso y el chino y se han convertido en películas y series televisivas de gran éxito.