sábado, 11 de agosto de 2018



Protagonistas de la historia

NELSON MANDELA
símbolo de la lucha contra el apartheid

Nelson Mandela, abogado y dirigente histórico del movimiento anti-apartartheid surafricano, (sistema de segregación o discriminación por motivos de raza), prisionero político a pesar de incontables protestas nacionales e internacionales, se convirtió en el símbolo de la resistencia contra de ignominia racista. En la trayectoria de Mandela confluye la experiencia colectiva de un pueblo tiranizado y ultrajado que se resiste a renunciar a la conciencia de su dignidad humana y perseveró en la senda de la desobediencia.
Nació como Nelson Rolihlahla Mandela; en Mvezo, Transkei, entonces provincia del Cabo de Sudafrica, el 18 de julio de 1918, (recientemente hubiese cumplido100 años de vida) y murió en Johannesburgo, el 5 de diciembre del 2013, tras una larga lucha de 27 años de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin al régimen racista. El siglo XX dejó dos guerras mundiales, los campos de exterminio y el terror atómico, pero también grandes campeones de la lucha contra la injusticia, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King. El último y más carismático de ellos fue Nelson Mandela.
Como la de cualquier niño africano en las zonas rurales, la infancia de Nelson Mandela transcurrió entre juegos y en estrecho contacto con las tradiciones de su pueblo. Hijo del jefe de una tribu, se le puso de nombre Rolihlahla, que significa revoltoso, pero a los siete años, con el fin de que pudiera asistir a la escuela metodista, fue bautizado con el nombre de Nelson en la iglesia de Transkei; ya famoso, sus compatriotas lo llamarían Madiba, por el nombre de su clan.
Dos años después, a causa del fallecimiento de su padre, el pequeño Nelson quedó al cuidado de un primo suyo, el gran jefe Jongintaba; con él que se aficionó a escuchar a los jefes tribales y tomó conciencia del sentido de la justicia. Cumplidos los dieciséis años, pasó a formar parte del consejo tribal; tres años después, en 1937, ingresó en el internado para negros de Ford Hare para cursar estudios superiores.
Pero cuando en 1941 supo que el jefe Jongintaba había concertado para él un matrimonio, Mandela resolvió abandonar su aldea y partió a Johannesburgo. Pobremente establecido en el superpoblado suburbio de Alexandra, al poco de llegar conoció a Walter Sisulu, con quien trabó una amistad que sería determinante en todos los ámbitos: influyó en sus ideas políticas, le ayudó a conseguir trabajo y a finalizar sus estudios de derecho y le presentó a su prima Evelyn Mase, con la que contraería matrimonio en 1944.
Tanto Walter Sisulu como la infinidad de personas que tuvieron contacto con Mandela a lo largo de su vida coinciden en señalar su extraordinaria personalidad. El poder de seducción, la confianza en sí mismo, la capacidad de trabajo, la valentía y la integridad figuran entre las virtudes por las que brillaba allá donde fuese. Sisulu captó de inmediato sus innatas dotes de líder y lo introdujo en el Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión que desde hacía décadas venían padeciendo los negros sudafricanos. Pronto sus cualidades lo situarían en puestos prominentes de la organización. En 1944, Mandela fue uno de los líderes fundadores de la Liga de la Juventud del Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del Congreso Nacional Africano; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista.

EL ALCANCE DE LA POLITICA
La trayectoria política de Mandela comenzó en Johannesburgo y su tarea se concretó sobre todo allí. En aquellos lejanos años. Nelson pensó que esa ciudad era el centro de su universo. La ciudad lo hundía y lo desafiaba, pero aprendió pronto a dominarla.
En 1948 llegó al poder en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid. En realidad, el racismo institucional se remontaba en Sudáfrica al menos a 1911, fecha de una disposición discriminatoria que prohibía a los negros ocupar puestos de trabajo cualificados. Numerosas medidas promulgadas en las décadas siguientes (treinta y seis en total) habían llevado ya, por poner un solo ejemplo, a la exclusión de negros y mestizos del censo electoral.
Bajo la inspiración de Gandhi, el Congreso Nacional Africano propugnaba métodos de lucha no violentos: la Liga de la Juventud del Congreso (presidida por Mandela en 1951-1952) organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas. En 1952 Mandela pasó a presidir la Federación del Congreso Nacional Africano de la provincia sudafricana de Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento.
Condenado a cadena perpetua en 1964 por haberse alzado en armas contra el Estado, se suponía que debía haber muerto en una diminuta celda de una pequeña isla. 
Prisionero desde 1963 hasta 1990) en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, en una figura legendaria que representaba el sufrimiento y la falta de libertad de todos los negros sudafricanos.

DE PRISIONERO A PRESIDENTE
Le tocó al último presidente de la república, Frederik De Klerk, ceder ante la evidencia de lo que ocurría en el país y abrió el camino para desmontar la segregación racial. En febrero de 1990 legalizó el Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela, que se convirtió en su principal interlocutor para negociar el desmantelamiento del apartheid y la transición a una democracia multirracial; pese a la complejidad del proceso, ambos supieron culminar exitosamente las negociaciones. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en 1993.
La imagen de Mandela saliendo de la cárcel el domingo 11 de febrero de 1990 con el puño en alto, es una de las más memorables del siglo XX. Su libertad marcó el principio del fin de una de las tiranías más abominables.
Las elecciones de 1994 convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999); desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como vicepresidente y tratando de atraer hacia la participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú.
Mandela inició el Plan de Reconstrucción y Desarrollo, que destinó grandes cantidades de dinero a mejorar el nivel de vida de los sudafricanos negros en cuestiones como la educación, la vivienda, la sanidad o el empleo, e impulsó asimismo la redacción de una nueva constitución para el país, que fue finalmente aprobada por el parlamento en 1996.
Pasó de ser el prisionero político más famoso del mundo a presidente de su país. Fueron cuatro años acelerados y fascinantes que dieron la talla humana y política de un líder excepcional.
Un año después cedió la dirección del Congreso Nacional Africano a Thabo Mbeki, destinado a convertirse en su sucesor en la presidencia. En 1998, dos años después de haberse divorciado de Winnie, contrajo matrimonio con Graça Machel, viuda del antiguo presidente de Mozambique, Samora Machel.


Fuentes bibliográficas:
-Biografía de Mandela: más alto que la esperanza, de Fatima Meer,
  Ediciones B, S.A. Barcelona, España.
-La sonrisa de Mandela: un retrato íntimo del hombre que inspiró al
  mundo, de John Carlin, Vintage Editorial, New York, USA.
-Nelson Mandela, Biografías y Vida, la Enciclopedía Biográfica en Línea.
-Fotografía: Cortesía de Encyclopedia Britanica.



1 comentario:

  1. Un excelente ser humano que tuvo la fortaleza para soportar hasta el encierro manteniendo sus ideales. Saludos Humbert.

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