Protagonistas de la
historia
NELSON MANDELA
símbolo de la lucha contra
el apartheid
Nelson Mandela,
abogado y dirigente histórico del movimiento anti-apartartheid surafricano, (sistema
de segregación o discriminación por motivos de raza), prisionero político a
pesar de incontables protestas nacionales e internacionales, se convirtió en el
símbolo de la resistencia contra de ignominia racista. En la trayectoria de
Mandela confluye la experiencia colectiva de un pueblo tiranizado y ultrajado
que se resiste a renunciar a la conciencia de su dignidad humana y perseveró en
la senda de la desobediencia.
Nació como Nelson
Rolihlahla Mandela; en Mvezo, Transkei, entonces provincia del Cabo de
Sudafrica, el 18 de julio de 1918, (recientemente hubiese cumplido100 años de
vida) y murió en Johannesburgo, el 5 de diciembre del 2013, tras una larga
lucha de 27 años de cárcel, presidió en 1994 el primer gobierno que ponía fin
al régimen racista. El siglo XX dejó dos guerras mundiales, los campos de
exterminio y el terror atómico, pero también grandes campeones de la lucha
contra la injusticia, como Mahatma Gandhi o Martin Luther King. El último y más
carismático de ellos fue Nelson Mandela.
Como la de cualquier
niño africano en las zonas rurales, la infancia de Nelson Mandela transcurrió
entre juegos y en estrecho contacto con las tradiciones de su pueblo. Hijo del
jefe de una tribu, se le puso de nombre Rolihlahla, que significa revoltoso,
pero a los siete años, con el fin de que pudiera asistir a la escuela
metodista, fue bautizado con el nombre de Nelson en la iglesia de Transkei; ya
famoso, sus compatriotas lo llamarían Madiba, por el nombre de su clan.
Dos años después, a
causa del fallecimiento de su padre, el pequeño Nelson quedó al cuidado de un
primo suyo, el gran jefe Jongintaba; con él que se aficionó a escuchar a los
jefes tribales y tomó conciencia del sentido de la justicia. Cumplidos los
dieciséis años, pasó a formar parte del consejo tribal; tres años después, en
1937, ingresó en el internado para negros de Ford Hare para cursar estudios
superiores.
Pero cuando en 1941
supo que el jefe Jongintaba había concertado para él un matrimonio, Mandela
resolvió abandonar su aldea y partió a Johannesburgo. Pobremente establecido en
el superpoblado suburbio de Alexandra, al poco de llegar conoció a Walter
Sisulu, con quien trabó una amistad que sería determinante en todos los
ámbitos: influyó en sus ideas políticas, le ayudó a conseguir trabajo y a
finalizar sus estudios de derecho y le presentó a su prima Evelyn Mase, con la que
contraería matrimonio en 1944.
Tanto Walter Sisulu
como la infinidad de personas que tuvieron contacto con Mandela a lo largo de
su vida coinciden en señalar su extraordinaria personalidad. El poder de
seducción, la confianza en sí mismo, la capacidad de trabajo, la valentía y la
integridad figuran entre las virtudes por las que brillaba allá donde fuese.
Sisulu captó de inmediato sus innatas dotes de líder y lo introdujo en el
Congreso Nacional Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión que
desde hacía décadas venían padeciendo los negros sudafricanos. Pronto sus
cualidades lo situarían en puestos prominentes de la organización. En 1944,
Mandela fue uno de los líderes fundadores de la Liga de la Juventud del
Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del Congreso Nacional
Africano; su ideología era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y
antiimperialista.
EL ALCANCE DE LA
POLITICA
La trayectoria
política de Mandela comenzó en Johannesburgo y su tarea se concretó sobre todo
allí. En aquellos lejanos años. Nelson pensó que esa ciudad era el centro de su
universo. La ciudad lo hundía y lo desafiaba, pero aprendió pronto a dominarla.
En 1948 llegó al poder
en Sudáfrica el Partido Nacional, que institucionalizó la segregación racial
creando el régimen del apartheid. En realidad, el racismo institucional se
remontaba en Sudáfrica al menos a 1911, fecha de una disposición
discriminatoria que prohibía a los negros ocupar puestos de trabajo
cualificados. Numerosas medidas promulgadas en las décadas siguientes (treinta
y seis en total) habían llevado ya, por poner un solo ejemplo, a la exclusión
de negros y mestizos del censo electoral.
Bajo la inspiración de
Gandhi, el Congreso Nacional Africano propugnaba métodos de lucha no violentos:
la Liga de la Juventud del Congreso (presidida por Mandela en 1951-1952)
organizó campañas de desobediencia civil contra las leyes segregacionistas. En
1952 Mandela pasó a presidir la Federación del Congreso Nacional Africano de la
provincia sudafricana de Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que
desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento.
Condenado a cadena
perpetua en 1964 por haberse alzado en armas contra el Estado, se suponía que
debía haber muerto en una diminuta celda de una pequeña isla.
Prisionero desde 1963
hasta 1990) en penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las
peticiones de que fuera puesto en libertad. Nelson Mandela se convirtió en un
símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del país, en una figura
legendaria que representaba el sufrimiento y la falta de libertad de todos los
negros sudafricanos.
DE PRISIONERO A
PRESIDENTE
Le tocó al último
presidente de la república, Frederik De Klerk, ceder ante la evidencia de lo
que ocurría en el país y abrió el camino para desmontar la segregación racial.
En febrero de 1990 legalizó el Congreso Nacional Africano y liberó a Mandela,
que se convirtió en su principal interlocutor para negociar el desmantelamiento
del apartheid y la transición a una democracia multirracial; pese a la
complejidad del proceso, ambos supieron culminar exitosamente las
negociaciones. Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de la Paz en
1993.
La imagen de Mandela
saliendo de la cárcel el domingo 11 de febrero de 1990 con el puño en alto, es
una de las más memorables del siglo XX. Su libertad marcó el principio del fin
de una de las tiranías más abominables.
Las elecciones de 1994
convirtieron a Mandela en el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999);
desde ese cargo puso en marcha una política de reconciliación nacional,
manteniendo a De Klerk como vicepresidente y tratando de atraer hacia la
participación democrática al díscolo partido Inkhata de mayoría zulú.
Mandela inició el Plan
de Reconstrucción y Desarrollo, que destinó grandes cantidades de dinero a
mejorar el nivel de vida de los sudafricanos negros en cuestiones como la
educación, la vivienda, la sanidad o el empleo, e impulsó asimismo la redacción
de una nueva constitución para el país, que fue finalmente aprobada por el
parlamento en 1996.
Pasó de ser el
prisionero político más famoso del mundo a presidente de su país. Fueron cuatro
años acelerados y fascinantes que dieron la talla humana y política de un líder
excepcional.
Un año después cedió
la dirección del Congreso Nacional Africano a Thabo Mbeki, destinado a
convertirse en su sucesor en la presidencia. En 1998, dos años después de
haberse divorciado de Winnie, contrajo matrimonio con Graça Machel, viuda del
antiguo presidente de Mozambique, Samora Machel.
Fuentes bibliográficas:
-Biografía de Mandela: más alto que la esperanza, de Fatima
Meer,
Ediciones B, S.A.
Barcelona, España.
-La sonrisa de Mandela: un retrato íntimo del hombre que
inspiró al
mundo, de John
Carlin, Vintage Editorial, New York, USA.
-Nelson Mandela, Biografías y Vida, la Enciclopedía
Biográfica en Línea.
-Fotografía: Cortesía de Encyclopedia Britanica.
Un excelente ser humano que tuvo la fortaleza para soportar hasta el encierro manteniendo sus ideales. Saludos Humbert.
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