Personajes de
Venezuela
MIGUEL JOSE SANZ
su trabajo periodístico fue fundamental
para la emancipación de su país
Sanz nace en Valencia,
estado Carabobo, el 1º de septiembre de 1756, descendiente de dos familias
nobles. No asiste a ninguna escuela durante su infancia, pero su afición a la
lectura le confiere una cultura extraordinaria: devo textos desde clásicos
hasta obras de la vanguardia del siglo XVIII (Rousseau,
Voltaire o Raynal).
Para conocer el
ideario político de los hombres que llevaron adelante el proceso emancipador,
es imprescindible el trabajo periodístico de Miguel José Sanz en el Semanario
de Caracas. Desde allí reflexionó y divulgó, durante seis meses cruciales, las
ideas políticas del nuevo proyecto de nación. También resultaron significativos
sus esfuerzos por cimentar el conocimiento y ejercicio de los derechos del
ciudadano, en apoyo al Colegio de Abogados y en la redacción de las ordenanzas
de la ciudad.
Uno de los retos más
complejos del proceso de independencia fue hacer común y
cotidiana la noción de libertad. Miguel José Sanz
fue parte de aquellos que, como Juan Germán Roscio, ayudaron a
argumentar y divulgar las ideas del proyecto emancipador, especialmente por
medio de la labor periodística.
En 1770, se a
trasladarse a Caracas para estudiar. Se gradúa en Filosofía y Artes.
Luego ingresa a la Rea
l y Pontificia Universidad de Caracas para estudiar Leyes, carrera que abandona
al poco tiempo, pero no por falta de
entusiasmo sino por cambio de ciudad: viaja a Santo Domingo, donde culmina sus
estudios seis años más tarde.
Como abogado le
espera una intensa trayectoria en
cargos públicos. Primero ejerce en la
Real Audiencia de Santo Domingo. Dos años más tarde regresa a Venezuela, precisamente cuando tiene lugar la creación de la Real Audiencia de
Caracas, en 1786; en el nuevo organismo
asume el cargo de relator. Pero no todo es trabajo: ese mismo año se
casa con Alejandra Fernández Andrade y se instala en los valles del Tuy como
propietario de una hacienda de cacao.
LA PRIMERA IMPRENTA
Cuatro años más tarde,
en 1790, participa en la creación del
Colegio de Abogados de Caracas. Consciente de
la importancia de la difusión de información, promueve en
varias oportunidades, y gracias a su posición como decano del Colegio, la
obtención de una imprenta para la ciudad. Sus acciones ayudan a varias personas a interesarse en el
asunto, pero no será sino 18 años más tarde que la primera imprenta entrará al
país.
Sanz acumula tanto
prestigio como hombre de leyes, que se le encomienda la redacción de las
ordenanzas de la ciudad. En esta labor, su análisis resulta tan minucioso que
necesita extenderse nada menos que en 10 libros
manuscritos. La brevedad queda ausente hasta en la escogencia del
título: Ordenanzas para el gobierno y policía de la muy ilustre ciudad de
Santiago de León de Caracas. Paradójicamente, aunque su trabajo es rechazado
por el Cabildo, que discrepa de las ideas del autor, esta obra se constituye en
una referencia reconocida por la élite intelectual de la época. Por desgracia,
estos y otros textos de su autoría, fundamentales para conocer el pensamiento del
jurista, se perderán irremediablemente bajo la turbulencia de los procesos que están
por desencadenarse.
Durante los siguientes
años, Sanz se desempeña como abogado litigante. Poco después le tocará
protagonizar su propia defensa. En 1808 es injustamente implicado en la conjura de los mantuanos contra el
poder real en Venezuela: aunque es cierto que conoce las intenciones de los
conjurados, no participa en sus planes. Luego de la inculpación del marqués del
Toro, y de algunos interrogatorios, es expulsado del país y retenido durante un
tiempo en Puerto Rico.
Casi dos años después,
tras los sucesos del 19 de Abril, es reclamado por algunas amistades e invitado
a participar en la Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII.
UN SEMANARIO PARA LA INDEPENDENCIA
Los ánimos
independentistas han ganado terreno en la sociedad venezolana. Junto con José Domingo
Díaz, Miguel José Sanz inicia un proyecto periodístico de gran influencia en la
ciudad, el Semanario de Caracas. Sus páginas tienen como objetivo la difusión
de ideas republicanas, para ese entonces poco conocidas, mal entendidas y de muy mala reputación, asunto
que queda en manos de Sanz, quien redacta todo lo referido
a política. El vocero
circula entre noviembre de 1810 y julio de 1811, y marca un
hito en la divulgación del pensamiento político del movimiento emancipador.
Una vez firmada el
Acta de Independencia, Sanz se incorpora al Congreso de 1811 como secretario.
Más adelante es nombrado secretario (ministro) de Estado y ministro de Guerra.
Cuando se inicia el conflicto armado entre las provincias afectas al sistema
republicano y las partidarias de la monarquía, apoya abiertamente las acciones militares de
Miranda, posición que le costará luego la libertad: tras la capitulación
de San Mateo, en 1812 es encarcelado. Un año después, al salir de su encierro, sus ánimos
y su respaldo a la causa patriótica siguen intactos. Trabaja con Francisco
Javier de Ustáriz en el restablecimiento de un Gobierno provisorio, y ayuda a
delinear y redactar su nuevo programa.
Para 1814 la guerra se
ha recrudecido y las fuerzas realistas se acercan a Caracas. Sanz sabe que está en peligro, así que decide
abandonar la ciudad y huir en la
emigración a Oriente. En Margarita le toca cumplir la última de sus misiones,
pero esta vez desde los campos de batalla: es nombrado consejero de guerra por
el general José Félix Ribas y enviado a
tierra firme para apoyar a las tropas en lucha. La suerte no lo acompañó cuando
fue herido de muerte el 5 de diciembre de 1814,
durante la batalla de Úrica, en el estado Anzoátegui, donde resultaron
derrotadas las tropas republicanas. Ese mismo día falleció este Prócer de la
Independencia de Venezuela.
Fuente bibliográfica:
-Rostros y personajes de Venezuela, Editora El Nacional C.A.
-Website Venezuela Tuya.
Fotografía: Cortesía de Biografías y Vida.
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