sábado, 18 de agosto de 2018



Personajes de Venezuela

MIGUEL JOSE SANZ

su trabajo periodístico fue fundamental
para la emancipación de su país


Sanz nace en Valencia, estado Carabobo, el 1º de septiembre de 1756, descendiente de dos familias nobles. No asiste a ninguna escuela durante su infancia, pero su afición a la lectura le confiere una cultura extraordinaria: devo textos desde clásicos hasta obras de  la  vanguardia del siglo XVIII (Rousseau, Voltaire o Raynal).
Para conocer el ideario político de los hombres que llevaron adelante el proceso emancipador, es imprescindible el trabajo periodístico de Miguel José Sanz en el Semanario de Caracas. Desde allí reflexionó y divulgó, durante seis meses cruciales, las ideas políticas del nuevo proyecto de nación. También resultaron significativos sus esfuerzos por cimentar el conocimiento y ejercicio de los derechos del ciudadano, en apoyo al Colegio de Abogados y en la redacción de las ordenanzas de la ciudad.
Uno de los retos más complejos del proceso de independencia fue hacer común  y  cotidiana  la  noción de libertad. Miguel José  Sanz  fue parte de aquellos que, como Juan Germán Roscio, ayudaron a argumentar y divulgar las ideas del proyecto emancipador, especialmente por medio de la labor periodística.
En 1770, se a trasladarse a Caracas para estudiar. Se gradúa en Filosofía y Artes.
Luego ingresa a la Rea l y Pontificia Universidad de Caracas para estudiar Leyes, carrera que abandona al poco tiempo, pero  no por falta de entusiasmo sino por cambio de ciudad: viaja a Santo Domingo, donde culmina sus estudios seis años más tarde.
Como abogado le espera  una intensa trayectoria en cargos  públicos. Primero ejerce en la Real Audiencia de Santo Domingo. Dos años más tarde regresa a  Venezuela, precisamente cuando tiene  lugar la creación de la Real Audiencia de Caracas, en 1786; en el nuevo organismo  asume el cargo de relator. Pero no todo es trabajo: ese mismo año se casa con Alejandra Fernández Andrade y se instala en los valles del Tuy como propietario de una hacienda de cacao.

LA PRIMERA IMPRENTA
Cuatro años más tarde, en 1790, participa en la creación  del Colegio de Abogados de Caracas. Consciente de  la   importancia   de la difusión de información, promueve en varias oportunidades, y gracias a su posición como decano del Colegio, la obtención de una imprenta para la ciudad. Sus acciones ayudan a varias  personas a interesarse  en  el asunto, pero no será sino 18 años más tarde que la primera imprenta entrará al país.
Sanz acumula tanto prestigio como hombre de leyes, que se le encomienda la redacción de las ordenanzas de la ciudad. En esta labor, su análisis resulta tan minucioso que necesita extenderse nada menos que en 10 libros  manuscritos. La brevedad queda ausente hasta en la escogencia del título: Ordenanzas para el gobierno y policía de la muy ilustre ciudad de Santiago de León de Caracas. Paradójicamente, aunque su trabajo es rechazado por el Cabildo, que discrepa de las ideas del autor, esta obra se constituye en una referencia reconocida por la élite intelectual de la época. Por desgracia, estos y otros textos de su autoría, fundamentales para conocer el pensamiento del jurista, se perderán irremediablemente bajo la turbulencia de los procesos que están por desencadenarse.
Durante los siguientes años, Sanz se desempeña como abogado litigante. Poco después le tocará protagonizar su propia defensa. En 1808 es injustamente implicado  en la conjura de los mantuanos contra el poder real en Venezuela: aunque es cierto que conoce las intenciones de los conjurados, no participa en sus planes. Luego de la inculpación del marqués del Toro, y de algunos interrogatorios, es expulsado del país y retenido durante un tiempo en Puerto Rico.
Casi dos años después, tras los sucesos del 19 de Abril, es reclamado por algunas amistades e invitado a participar en la Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII.

UN SEMANARIO PARA LA INDEPENDENCIA
Los ánimos independentistas han ganado terreno en la sociedad venezolana. Junto con José Domingo Díaz, Miguel José Sanz inicia un proyecto periodístico de gran influencia en la ciudad, el Semanario de Caracas. Sus páginas tienen como objetivo la difusión de ideas republicanas, para ese entonces poco conocidas, mal  entendidas y de muy mala reputación, asunto que queda en manos de Sanz, quien redacta todo lo  referido  a  política. El vocero circula  entre  noviembre de 1810 y julio de 1811, y marca un hito en la divulgación del pensamiento político del movimiento emancipador.
Una vez firmada el Acta de Independencia, Sanz se incorpora al Congreso de 1811 como secretario. Más adelante es nombrado secretario (ministro) de Estado y ministro de Guerra. Cuando se inicia el conflicto armado entre las provincias afectas al sistema republicano y las partidarias de la monarquía, apoya   abiertamente las acciones militares de Miranda, posición que le costará luego la libertad: tras la  capitulación  de San Mateo, en 1812 es encarcelado. Un año  después, al salir de su encierro, sus ánimos y su respaldo a la causa patriótica siguen intactos. Trabaja con Francisco Javier de Ustáriz en el restablecimiento de un Gobierno provisorio, y ayuda a delinear y redactar su nuevo programa.
Para 1814 la guerra se ha recrudecido y las fuerzas realistas se acercan a Caracas. Sanz  sabe que está en peligro, así que decide abandonar la ciudad  y huir en la emigración a Oriente. En Margarita le toca cumplir la última de sus misiones, pero esta vez desde los campos de batalla: es nombrado consejero de guerra por el general  José Félix Ribas y enviado a tierra firme para apoyar a las tropas en lucha. La suerte no lo acompañó cuando fue herido de muerte el 5 de diciembre de 1814,  durante la batalla de Úrica, en el estado Anzoátegui, donde resultaron derrotadas las tropas republicanas. Ese mismo día falleció este Prócer de la Independencia de Venezuela.

Fuente bibliográfica:
-Rostros y personajes de Venezuela, Editora El Nacional C.A.
-Website Venezuela Tuya.
Fotografía: Cortesía de Biografías y Vida.



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