domingo, 5 de agosto de 2018



Personajes de Venezuela

JOSE LEONARDO CHIRINO

uno de los héroes olvidados por la historia



La historia muchas veces engrandece a los héroes, otras veces los olvida. Uno de  estos nombres  relegados es el de José Leonardo Chirino, quien en el estado Falcón,  encabezó una rebelión de esclavos en 1795.
Esta revuelta ha trascendido como una de las más importantes registradas en vísperas de la guerra de independencia de Venezuela. Aunque fue un hecho de carácter  local, un levantamiento que obedeció a una situación específica, propia de las condiciones sociales generadas por la esclavitud, tuvo inspiración en el ideario de la Revolución Francesa y en las insurrecciones que tenían lugar en Santo Domingo.
José Leonardo Chirino, era, hijo de  esclavo  negro  perteneciente  a familia criolla, recibió de ésta el apellido con que nació  libre por ser hijo de india. Se crió como jornalero y colono aparcero, trabajando para  José  Tellería,  de  las  familias  patricias  corianas; como Tellería, hombre de negocios, viajaba con frecuencia a Curazao y Haití, José Leonardo, casado con negra esclava de aquél, le acompañó en algunas oportunidades, con lo que tuvo ocasión de cultivarse.
Para 1795, la sociedad coriana se movía en medios intelectuales francamente capaces de discutir los acontecimientos históricos de la época, de tal modo que los Tellería, los Chirino, los Manzano y otros personajes de distinción comentaban con frecuencia los sucesos e ideas revolucionarias. Los negros esclavos y libres se contagiaron de las palabras, y emocionados por el sordo mensaje de redención que ellas significaban - libertad, igualdad -, comenzaron a levantar ánimos, alimentados en sus esperanzas por José Leonardo, quien decide encabezar una revuelta para implantar la “ley de los franceses”; en  realidad, para destruir a sus opresores, concretados en el amo  Tellería, en los representantes del fisco y en el gobierno en general.
En Coro había logrado fama el negro José Caridad González, quien acaudillaba a los loangos, que constituían un barrio de la ciudad, con prófugos de Curazao considerados libres al llegar a tierra coriana. Este González fue a  España  y  ganó cierto  litigio de tierras en favor de los negros con lo cual aumentó  su  prestigio; era hombre  culto,  que  hablaba  buen  castellano,  además del francés y su nativa lengua africana.
Para 1790 llegó a Coro el recaudador de rentas Juan Manuel Iturbe, “quien se empeñó  en  cobrar  con  el mayor  rigor  todas las contribuciones que ordenaba el derecho fiscal  español,  pero que en gran parte habían caído en desuetud en Coro  “Iturbe cometió muchos atropellos, que exasperaron especialmente a las clases labradoras. De modo que esta situación,  aunada  a  las nuevas ideas libertarias importadas de las islas y oídas en conversaciones a los señores, así como la natural enemiga a los amos, hicieron que hubiera ambiente propicio para una revuelta.
Chirino se valió del nombre de José Caridad González para ganar partidarios a su causa, que el 10 de mayo de 1795 se concreta en revuelta armada desde una hacienda llamada Macanillas. Esa misma noche, unidos los negros y mulatos, encabezados por Chirino, se declaran alzados, proclamando la libertad de los esclavos y la supresión de alcabalas. Los alzados matan al hacendado José Nicolás Martínez, saquean su casa y pasan a otros  lugares con intención de invadir a Coro, como lo hacen en efecto bajo el mando de un Juan Cristóbal  Acosta,  pues  Chirino  se queda para organizar otro  grupo.  Animaba  éste  a  su  gente  con la prédica de que el dirigente de los loangos se alzaría en la ciudad en cuanto ellos se acercaran. Pero el plan fracasó,  pues organizada la defensa por  el  Justicia  Ramírez  Valclerraín,  con  ayuda de los vecinos, fueron derrotados los invasores, muerto en Coro González, sin haberse probado su intervención, y perseguido Chirino, fue hecho preso por traición de un amigo.

UN PRETEXTO LOCAL, UNA IDEA UNIVERSAL
Con el tiempo, la idea  de implantar lo  que  entonces  se conoce como "la Ley de  los Franceses", que  no  es  otra  cosa que la República, el legado fundamental de la Revolución Francesa,  va  ganando  adeptos entre los negros libres y esclavos, zambos, indios y mestizos . Pero el detonante decisivo de las convulsiones de 1795 es de orden más pragmático, más doméstico. Por esos días ejerce funciones de recaudador de rentas un Juan Manuel Iturbe a quien suele pasársele la mano a la hora del rigor y los castigos, y es contra esa situación en particular, que humilla y enardece a los labradores, que Chirino se levanta en armas. La otra figura descollante de la rebelión es el negro José Caridad González, un hombre culto y defensor de los derechos de los esclavos, que alguna vez ganó un litigio de tierras a favor de los suyos, y esto lo ha convertido en una especie de adalid ilustrado.
El movimiento se gesta y comienza a, expandirse en una hacienda  llamada  Mecanillas, cerca de Curimagua; el objetivo inicial es tomar algunas propiedades de la zona, con la idea de incorporar hombres a la revuelta antes de llegar a Coro. El dominio ejercido por la sociedad criolla en esas regiones entra en crisis; en las haciendas que caen en  poder  de los alzados se impone la supresión de la esclavitud, la eliminación de los privilegios y de los impuestos de alcabala.
La idea inicial de llegar a la ciudad de Coro sufre un primer contratiempo luego de los éxitos iniciales, ya que los amotinados deciden permanecer en las zonas tomadas. En el entretiempo, la sociedad criolla tiene  oportunidad de organizarse y de conseguir refuerzos, tras lo cual tiene lugar una sangrienta reacción.  Docenas de alzados  son  hechos prisioneros y ejecutados; algunos logran huir.
El propio José Leonardo Chirino permanece un tiempo fugitivo, pero la traición de un antiguo compañero facilita su captura y traslado hacia Caracas, donde la Real Audiencia lo condena a muerte por delito de subversión. "Muerte " es apenas la denominación genérica de la pena; en realidad, a José Leonardo Chirino se le condena a morir en la horca, y su cuerpo será descuartizado y mostrado en pública advertencia a quienes tuvieran pensado levantarse contra Dios y el rey.
La condena es ejecutada conforme a la tradición colonial y en concordancia con los agravios infligidos por el alzado a los sectores dominantes. El 10 de diciembre de 1796, Chirino es inmolado en la horca, en plaza pública, su cabeza es luego expuesta en el camino que va hacia los valles de Aragua y Coro. Sus manos son colocadas en los caminos de Caujarao y Curimagua.

Fuentes bibliográficas:
Historia de Venezuela, de Guillermo Morón, Italgráfica Impresores y Editores.
Rostros y personajes de Venezuela, C. A. Editora El Nacional.
Fotografía: Cortesía de http://inciclopedia.wikia.com




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