Grandes virtuosos de la música
FRANZ JOSEPH HAYDN
Un músico que aunó necesidad y virtud
Joseph Haydn demostró
de una manera más que impresionante cómo se puede alcanzar la celebridad
internacional viniendo de la provincia. Nacido en un pueblucho de la región de
Burgenland llamado Rohrau, hijo de un fabricante de carretas,
siendo niño fue cantante de coro en la catedral
de San Esteban de Viena.
Vino al mundo el 31 de
marzo de 1732 en ese pueblo austríaco cerca de la vecina Hungría. El primer
Haydn que se instaló en Austria, hacia 1650, fue el bisabuelo del compositor.
Su abuelo eran fabricantes de carrozas y carros, aunque Mathias, el padre de
Franz Joseph, se sentía atraído por la música y llegó a tocar el arpa y a
cantar relativamente bien. El matrimonio Haydn tuvo diecisiete hijos, tres de
los cuales se dedicaron profesionalmente a la música: además de Franz Joseph,
Michael, el más joven, fue corista y compositor y Johann Evangelist era cantor
y trabajó en la corte de los Esterházy, por mediación de su hermano mayor. La
Casa de los Esterházy o Eszterházy ha sido una familia magiar de nobleza en
Hungría desde la Edad Media.
Cuando tenía sólo seis
años, Haydn se instaló en Hainburg con un primo suyo, Johann Mathias Franck,
maestro de la escuela del pueblo y responsable musical de la iglesia de esa
localidad. El chico comenzó a hacer progresos como cantor, y a los ocho años
Georg Reutter, el maestro de capilla de la catedral de San Esteban de Viena, se
fijó en él. Reutter convenció a Mathias Haydn
de que dejara a Joseph ingresar en
el coro de la catedral. Y así fue como Haydn se trasladó a Viena, en la
primavera de 1740.
Joseph sólo estaba
obligado a seguir los cursos de canto indispensables para su integración en el
coro y a estudiar latín. Pero el joven supo aprovechar los tesoros que ponía a
su disposición San Esteban asistiendo a los cursos de clavecín, órgano y
violín, además de iniciarse por su cuenta en teoría de la música y composición.
Su estancia en San
Esteban finalizó cuando a los quince años la voz de Haydn cambio. Después de un
intento fallido de encontrar trabajo como cantor en el coro de Mariazell, se
vio obligado a vivir una vida bastante dura, para ganarse el sustento de cada
día, ayudado inicialmente por Johann Michael Spangler, cantor en la iglesia de
San Miguel, y por Anton Buchholz, un colega de su padre. Vivió con estrecheces al
comienzo, dando clases de clavecín, tocando el órgano o el violín en las
iglesias y participando en conciertos de cámara. Pero todo el tiempo libre de
que disponía lo dedicaba a estudiar composición y a establecer contactos
profesionales con otros músicos, como Niccolo Porpora, Carl Ditters von
Dittersdorf, Giuseppe Bonno, Christoph Willibald Gluck y Georg Christoph
Wagenseil.
Tras vivir un amor no
correspondido con Therese Keller, que en 1756 tomó el hábito e ingresó en el
convento de San Nicolás de Viena, en 1760 Haydn, quizá por despecho, decidió
casarse con la hermana de Therese, Maria
Anna. El matrimonio fue una fuente constante de insatisfacciones hasta la
muerte de su esposa, acaecida en 1800.
En 1759 Haydn obtuvo
su primer empleo estable: por un sueldo de 200 florines anuales, recibió
el encargo de dirigir la orquesta que el conde Ferdinand Maximilian von
Morzin mantenía en su residencia de verano en Lukavice, en Bohemia. Con esta
orquesta y en este escenario dirigió su Primera Sinfonía, ante un público
rendido de admiración y entre el que se encontraba el príncipe Paul Anton
Esterházy. Cuando en 1761 el conde Morzindisol vió su orquesta por motivos
económicos, el príncipe le ofreció a Haydn el puesto de segundo maestro de
capilla en la corte principesca. Comenzó así la más larga y provechosa relación
profesional de Haydn, que se extendería hasta su retiro a finales de 1803,
interrumpida sólo por un breve paréntesis entre 1790 y 1794.
Paul Anton Esterházy
murió en 1762, pero su sucesor, Nikolaus, era aún más espléndido, y Haydn no
tuvo problemas en suceder como primer maestro de capilla a Gregor Joseph Werner
tras su muerte en 1766. Su prosperidad económica estaba así garantizada.
La muerte de Nikolaus
en 1790 supuso un cambio radical en la vida de Haydn. Su sucesor, Anton,
decidió ahorrar a costa de la orquesta. Aunque Haydn no vio revocado su
contrato, las actividades musicales en la corte de los Esterházy no le ofrecían
aliciente alguno. En principio, el compositor habría podido permanecer en Viena,
donde ya era célebre; además, desde 1781 le unía a Mozart una amistad
entrañable, además de una relación de mutua emulación profesional. Haydn, que
era católico y creyente, llegó incluso a acercarse a los círculos masónicos de
Viena para satisfacer a su joven amigo.
Después de retirarse a
fines de 1803, definitivamente instalado en Viena, Haydn vivió sus últimos años
rodeado de muestras de admiración; a la capital austríaca viajaban para
visitarlo eminentes personalidades del
mundo de la
política y las
artes.
Haydn fue lentamente
sumiéndose en un estado permanente
de tristeza, al que contribuyó la muerte de sus dos hermanos músicos,
más jóvenes que él. Sufría tremendas jaquecas, y su médico llegó a retirarle el
piano en el verano de 1806, ya que el más mínimo esfuerzo le producía dolores y
mareos. Pocas semanas antes de morir, Napoleón invadió su querida Viena. La
leyenda cuenta que, a pesar de encontrarse ya muy debilitado, todas las mañanas
tocaba en su clavecín el himno nacional austriaco, que él había compuesto.
A pesar de la
ocupación de la ciudad, Haydn tuvo dos misas funerales. En la primera, a la que
asistieron sólo los íntimos, por petición expresa suya se interpretó la Misa de
Réquiem de su hermano Michael. El 15 de junio las autoridades francesas
organizaron exequias oficiales, durante las que sonaron los acordes del Réquiem
de Mozart.
Fuentes bibliográficas:
Historia de la música clásica. Gran selección de
Deutsche Grammophon. *Grandes
Compositores Salvat Editores, Marc Vignal, Pamplona, España. *ABC de la música
clásica de Eckhardt van
den Hoogen (127)
Fotografía: Cortesía de Europadis