martes, 13 de marzo de 2018


Grandes virtuosos de la música

PIOTR ILICH CHAIKOVSKI
El primer compositor  ruso que conquistó Europa


Piotr Ilich Chaikovski  fue el segundo  hijo  del matrimonio  formado por el ingeniero de minas Ilia Petrovich Chaikovski y Alexandra Alexeievna, de soltera Assier, descendiente de franceses emigrados a Rusia. El que sería uno de los principales referentes musicales de la escena rusa nació el 7 de mayo de 1840 en Kamsko-Votkinsk, ciudad cercana a los Urales. Su padre era supervisor de una fábrica en este núcleo industrial de la provincia de Viatka, en la región de Udmurtia, próxima a la cordillera que separa Europa  de Asia.
Chaikovski manifestó un temprano interés por la música: a los cuatro años compuso su primera obra musical, una canción dedicada a su hermana Alexandra, más conocida como Sasha. Pronto empezó a recibir clases privadas de piano y descubrió a Chopin. También  en su  niñez se manifestó un rasgo de su personalidad que acabaría por acentuarse con los años: su hipersensibilidad y nerviosismo.  En  1850 ingresó en la Escuela de Derecho de San Petersburgo, una institución educativa para adolescentes en la cual se gradúa  a los 19 años. En 1854, seis años después de que su familia se instalara en esta ciudad, falleció su madre,  víctima  del cólera,  lo que le produjo  un vacío emotivo  que le acompañó casi toda su vida. A pesar de la clara vocación musical de Chaikovski, su familia quiso que recibiese una formación que le permitiera hacer carrera en la Administración. Sólo en 1855, su padre, viendo que la pasión por la música del  joven no mermaba,  le autorizó   a recibir clases  privadas de piano con Rudolf Kundinger.
En 1857, su encuentro con el profesor de canto Luigi Piccioli le permitió descubrir la tradición musical italiana, por la que sintió especial predilección.  Cuatro años después viajó  por  primera  vez al extranjero -a Alemania, Francia e Inglaterra, en concreto-, y a su regreso comenzó a estudiar en el recién creado Conservatorio de San Petersburgo, en donde recibió formación durante tres años. Abandonó la carrera administrativa en 1863, renunciando al puesto que desde 1859 había ocupado en el Ministerio de Justicia. Su destino estaba sellado: se dedicaría por entero a la música. A comienzos del año 1866 fijó su residencia en Moscú, donde un año antes había ingresado como profesor de teoría de la música en la Sociedad de Música -embrión del futuro Conservatorio  de Moscú- gracias  a la recomendación de Nikolai Rubinstein. Chaikovski nunca se sintió a gusto en la capital rusa, pero fue allí donde empezó a elaborar su obra. En los siguientes cinco años compuso sus primeras óperas (Undina, El voivoda y Oprichnik), la fantasía-obertura Romeo y julieta y su Sinfonía n.0 1 en Sol menor. El estreno de estas obras, apadrinado por Rubinstein, fue unánimemente celebrado en la mayor parte de los casos, y también por los integrantes del Grupo de los Cinco, que más adelante rechazarían el cosmopolitismo de Chaikovski. Como excepción cabe citar las óperas Oprichnik y El herrero Vakula, que no convencieron. En cambio, creaciones instrumentales como la fantasía-obertura Romeo y  Julieta y el  Concierto para piano Nº 1 en Si Bemol menor sirvieron para constatar el virtuosismo de Chaikovski no sólo en Rusia, sino también a escala internacional. Romeo y Julieta se convirtió en la primera de sus composiciones  que figuró en los programas de las orquestas europeas, mientras que el Concierto para piano Nº 1 se estrenó en Boston en octubre de 1875, con Hans von Bülow al piano El músico de Kamsko-Votkinsk dio a conocer en: marzo de 1877 el primero de los tres ballets que compuso  y que le  han  valido  fama  universal: El lago de los cisnes. Sin  embargo,  esta obra inició su andadura  en la escena musical rusa con mal pie debido a una escenografía y coreografía deficientes. Ese año aparece en la biografía del compositor como un momento de inflexión y crisis que afectó tanto a su labor musical como a  su evolución personal e íntima. Aunque en Rusia la homosexualidad, proscrita desde el punto de vista oficial, era socialmente tolerada entre las clases pudientes, Chaikovski se sentía cada vez más incomprendido y aislado. En junio de ese año contrajo matrimonio con Antonina Miliukova, una joven estudiante de música a quien abandonó a los pocos días. Ante este fracaso, el músico protagonizó un intento de suicidio, y poco después se marchó  de Rusia.
Uno año antes de esta experiencia, Chaikovski había iniciado una singular relación con una acaudalada viuda, la condesa Nadezhda von Meck. Esta noble era una ferviente admiradora del compositor y se ofreció para financiar sus gastos, de manera que el compositor pudiera dedicarse por entero a su arte. Durante 14 años, el músico y su mecenas mantuvieron una relación exclusivamente epistolar, basada en el mutuo acuerdo de que evitarían cualquier forma de contacto personal. Gracias a la generosidad de la condesa Von Meck, Chaikovski pudo renunciar a su puesto en el Conservatorio en 1878 y, desde ese año, alternó largas estancias invernales en el extranjero -preferentemente en Italia, país en el que se sentía a gusto- con visitas a Rusia durante el verano, bien para estrenar sus obras o para visitar a su familia. También se inició entonces uno de los períodos más fecundos de su trayectoria musical, ya  que  entre 1878 y 1880 compuso algunas de sus piezas más aclamadas, como la Sinfonía  Nº 4  en Fa menor, el Concierto para violín en Re mayor y la ópera  Eugenio  Oneguin. En la siguiente década alcanzó la cima de su  maestría con las óperas Mazeppa (1883) y Cherevichki (1887), además de las sinfonías Manfted (1885) y la Nº 5 en Mi menor  (1888),  y la  Obertura 1812 (1880).
La etapa de viajes de Chaikovski concluyó en 1885, cuando el compositor adquirió una casa en Maidanovo, cerca de Moscú. Tranquilo y sosegado, había hallado su ritmo de vida ideal, que consistía en alternar la composición con largos paseos por el bosque, y dedicar las veladas a tocar  el piano en  compañía  de amigos.  En 1887 por fin superó su miedo escénico y, por primera vez, subió a un atril para dirigir una de sus creaciones: la ópera Cherevichki. Durante los dos siguientes años aceptó viajar a diferentes países europeos en giras de presentación de sus obras que le llevaron a plazas como Leipzig, Berlín, Frankfurt, Praga, Hamburgo, Ginebra, París y Londres. Entre octubre de 1888 y el invierno de 1890 compuso su segundo gran ballet, La bella durmiente, y su tercera ópera, basada en una obra de Pushkin, La dama de picas. Aceptó participar al año siguiente en la inauguración del Carnegie Hall de Nueva York y dirigió personalmente la representación de sus obras más emblemáticas ante un público entusiasta en la ciudad de los rascacielos, así como en Baltimore y Filadelfia. También ese año, la condesa Von Meck, agobiada por las deudas, le retiró su ayuda financiera y dejó de intercambiar correspondencia con él, lo que desestabilizó emocionalmente al músico.
A su regreso a Rusia compuso la ópera Lolanta (1892) y su tercer ballet, El cascanueces (1892), al tiempo que emprendió la creación de su última sinfonía,  la  Nº 6  en Si menor, conocida como  "Patética" y dedicada a su sobrino, Vladimir Davydov. A pesar de la frialdad con la que fue acogida esta última pieza después de su estreno en San Petersburgo  en 1893, el compositor estaba convencido de que había creado su obra maestra. El 21 de octubre enfermó gravemente, tal vez tras haber contraído el cólera, epidemia que en ese momento asolaba la ciudad de los zares. Poco después –el 6 de noviembre de 1893, fallecería en San Petersburgo-, en  medio  de rumores extravagantes sobre las causas de su muerte, entre los que destacaba el suicidio.  Su funeral fue oficiado en la Catedral de Kazan de San Petersburgo y sus restos fueron inhumados en el cementerio Tikhvin del monasterio Alexandr Nevski de la misma  ciudad.

Fuente bibliográfica:
Historia de la música clásica. Gran selección de Deutsche Grammophon.
Grandes compositores Editorial Sol 90, Barcelona España.
Grandes Compositores Salvat Editores, Carlos Ruiz Silva, Pamplona España.
Grandes maestros de la música, recopilación de Domingo E. y Maritza Pumar.
Firmamento musical. Vida de los grandes compositores, Espasa-Calpe, España.
y ABC de la música clásica de Eckhardt van den Hoogen (67)    
Fotografía: Cortesía del Portal http://comomurio.info.


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lunes, 12 de marzo de 2018



PENSAMIENTOS DE LA SEMANA
Pájaro viejo no entra en jaula. Refrán popular.

BOLÍVAR MÁS VIGENTE QUE NUNCA
“Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende” (7-10-1818)

domingo, 11 de marzo de 2018


Personajes de Venezuela

JUAN PABLO PEREZ ALFONZO:
El hombre que sacudió al mundo


Su nombre está vinculado de manera profunda con la historia del petróleo, la OPEP, y su rescate para la nación. Pérez Alfonzo percibió lo que el petróleo y su riqueza podían significar en un país dado a la transitoriedad. No le rindió culto al silencio ni al disimulo. Severas advertencias les formuló a sus amigos y a sus adversarios cuando lo consideró pertinente, como cuando desde el exilio le envió un Memorándum al dictador sobre la inconveniencia de otorgar nuevas concesiones petroleras. Sobre los escrúpulos del desterrado, predominó el sentimiento del hombre que amaba a su tierra.
Juan Pablo Pérez Alfonzo " ... dejó un mensaje sobre la dignidad del hombre, y de su relación con la naturaleza, conforme al cual la civilización sólo puede concebirse como la más alta expresión del hombre libre". Con estas palabras termina Eduardo Mayobre la biografía de uno de los, venezolanos más relevantes del siglo XX, cuya vida fue al mismo tiempo ejemplo y desafío. Disciplinado y laborioso irreverente y obstinado, (in) discreto y sabio, Pérez Alfon2 reaccionó contra todos los convencionalismos y criticó sin piedad a los cómodos y a los improvisados.
Antes de morir dispuso que su cadáver fuera cremado, sus cenizas dispersas sobre el mar. Quizás podamos imaginar aquí un simbolismo de lo que fue su vida de desprendimiento y de escepticismo. No en vano su nombre se menciona con ciertos escozores: no dejó espacios para la demagogia ni para la hipocresía.
Eduardo Mayobre, filósofo de la Universidad de Chile y economista de Cambridge University, no sólo conoció a Pérez Alfonzo desde niño, sino que estuvo siempre muy cercano de su acción, de sus ideas y de su vida. De ahí que la biografía ejemplar que escribió sobre este personaje tenga la lucidez y el rigor de un testimonio.

                                                                                                                             Fuente bibliográfica:
                                                          Simón Alberto Consalvi – Biblioteca Bibliográfica Venezolana
                                                       Fotografía: Cortesía de Biografías Egly Colina Marín Primera
                                                                                                                            

sábado, 10 de marzo de 2018


Los museos más importantes del mundo

LA ANTIGUA PINACOTECA DE MUNICH
El esplendor de la antigua Alemania



Alberto Durero, considerado como uno de los pintores más famosos de Alemania, creo dos retablos verticales con la figura de dos apóstoles de más del doble del tamaño normal, apenas dos años antes de su fallecimiento, en 1526. En uno de los tableros aparece San Juan y San Pedro, absortos en la lectura de un libro abierto; en el otro San Marcos, el evangelista y San Pedro, el primer misionero cristiano. Durero donó las obras al consejo de su ciudad natal, Nüremberg.

El juicio final de Stefan Lochner
Los retablos se exhiben en la Antigua Pinacoteca (Alte Pinakothek) de Múnich fundada por el Rey Luis I de Baviera, amante del arte que transformó la antigua sede real barroca, oscura y con poco espacio en una ciudad paradójicamente espaciosa. Se dedicó a enviar a Italia a sus comisionados en busca de arte y lo cual acumuló con avidez mientras permaneció en el poder.
En 1836, se inauguró uno de los edificios para museos más grande en el mundo, el cual fue diseñado por uno de los grandes maestros del clasicismo alemán Leo von Klenze.
Autoretrato de Rembrandt
La colección de la Antigua Pinacoteca contiene pinturas de los antiguos maestros, desde los inicios del siglo XV, época de Stefan Lochner, hasta la época de Durero y otros artistas: Grünewald, Altdorfer y Holbein, el mayor.
Las pinturas de los antiguos alemanes están representadas por Van der WeydenBouts y Gossaert; el Renacimiento italiano por Botticelli, Rafael, Leonardo y Tiziano y los flamencos del siglo XVII por Brouwer, van Dyck y Rubens.
Tambien cuenta con artistas alemanes del período Barroco, como Rembrandt y Hals y se complementa con italianos, franceses y españoles como Reni, Tiepelo, Poussin, Claude Lorrian, Boucher, Murillo y El Greco.
El buen pastor, de Murillo.
Las existencias del museo alcanzar las 30.000 piezas; muchas se han prestado a otras instituciones, iglesias y castillos en el estado libre de Baviera de la misma forma en que muchas lagunas de la colección principal han quedado cubiertas con préstamos.
Bajo la supervisión del Estado bávaro, Alte Pinakothek alberga más de ochocientas obras de arte de las escuelas de principios de Italia, el antiguo alemán, el viejo holandés y el flamenco, así como algunas otras. La colección, que fue iniciada por William IV a principios o mediados del siglo XVI, está cargada de arte por algunos de los favoritos de la familia Wittelsbach, especialmente Albrecht Dürer y Rubens. Algunos expertos creen que la familia omitió una serie de pintores importantes de la época, pero, no obstante, la colección es una de las más impresionantes del planeta.
Una de las obras de arte flamencas más conocidas es la  “tierra de Cockaigne”, de Pieter Brueghel, el mayor; el sobrenombre de “Campesino de Brueghel” lo adquirió el artista desde sus inicios.
Retablos de los cuatro apóstoles, de Alberto Durero.
El museo se cerró en 1939 al comienzo de la Segunda Guerra Mundial y la colección se trasladó para su custodia. El edificio fue de hecho ampliamente dañado durante la guerra, pero fue reconstruido por el arquitecto alemán Hans Döllgast y reabrió a mediados de la década de 1950. Aunque el exterior todavía se parece al original de Klenze, el interior, que había sido muy adornado, no fue restaurado a su grandeza original.  Pasillo en el Alte Pinakothek en Munich, Alemania. Además, algunos de los agujeros en las paredes exteriores fueron reemplazados con ladrillos desnudos para indicar las "heridas" infligidas por la guerra.


Bibliografía:  Enciclopedia Visual y A vie won cities.

Obras de arte cortesía de: Almay, Guia de Alemania, Mundo Pictórico, Pinterest, El Universal-Cultura de México, y Todo colección.

viernes, 9 de marzo de 2018


El libro de la semana
                                     
EL TENIENTE DE BENGALA,
de Edison Marshall


El Teniente de Bengala, de Edison Marshall es una novela de aventuras coloniales que transcurre en la India y donde aparece una de las constantes de este narrador ultra conservador y en ocasiones reaccionario: el mestizaje de su protagonista, lo que origina un conflicto no  de clase sino racial. El chico que tiene la mitad de su sangre blanca quiere ser blanco pese a los obstáculos que le impone la rígida sociedad en la que se desenvuelve.
El Teniente de Bengala es una de esas novelas donde pasa de todo a un ritmo endiabladamente veloz. Hay romance, aventura, engaño, traiciones, heroísmo...  Se trata de una excelente novela de aventuras, y no es de extrañar que varias obras de este autor hayan sido llevadas al cine.
Comenta Marshall que “Buscando en la Enciclopedia tropezaron mis ojos con una biografía de un hombre eminente que vivió en la Época Victoriana y cuyos trabajos me eran conocidos de tiempo. Sirvió en el Servicio Secreto de la India, peregrinó a La Meca disfrazado de árabe, hizo una traducción de Las Mil y Una Noches, y sus exploraciones en el África Oriental le hicieron famoso y le dieron un lugar en la Historia”.
La idea de escribir esta novela se le ocurrió al leer la citada breve biografía de Richard Burton —que este es el nombre del biografiado—, pero no lo tomó como modelo a este hombre extraordinario sino que se inspiró en lo que él hizo y fue para crear el tipo de protagonista que el lector verá vivir en las páginas de este libro.

Sobre el escritor
Edison Tesla Marshall, escritor estadounidense, nacido el 29 de agosto de 1894 en Rensselaer en el estado de Indiana y fallecido en 1967, obtuvo gran popularidad a partir de los años veinte con sus novelas de aventuras históricas. Algunas de sus obras se convirtieron en clásicos del cine.
Marshall estudió en la universidad de Oregón, allí comenzó a vender sus primeros relatos. Durante la guerra se alistó y realizó servicios de oficina en Augusta, allí se casaría acabada la guerra. La década de los años veinte sus relatos de aventuras históricas le convirtieron muy popular en Estados Unidos, convirtiéndose sus lectores en millones. Comenzó a realizar obras de mayor tamaño y pasó del relato a la novela. Una de las más populares de esta época fue “The Far Call and Isle of Retribution”, que fue adaptada en el cine en la misma década de los veinte. Sin embargo, sería en 1941 cuando Marshall vendió a la Fox los derechos de su novela, “Benjamin Blake” que esta adaptó bajo el título “El hijo de la furia”, y una década más tarde como “El tesoro del Condor de Oro”. Posteriormente también se harían versiones de sus novelas “Yakee Pasha y Vikingos”.




jueves, 8 de marzo de 2018


Grandes virtuosos de la música

FRANZ JOSEPH HAYDN
Un músico que aunó necesidad y virtud

Joseph Haydn demostró de una manera más que impresionante cómo se puede alcanzar la celebridad internacional viniendo de la provincia. Nacido en un pueblucho de la región de Burgenland llamado Rohrau, hijo de un fabricante de  carretas,  siendo  niño  fue  cantante de coro en  la catedral  de San Esteban  de Viena.
Nació el 31 de marzo de 1732  cerca de la vecina Hungría. El primer Haydn que se instaló en Austria, hacia 1650, fue el bisabuelo del compositor. Su abuelo eran fabricantes de carrozas y carros, aunque Mathias, el padre de Franz Joseph, se sentía atraído por la música y llegó a tocar el arpa y a cantar relativamente bien. El matrimonio Haydn tuvo diecisiete hijos, tres de los cuales se dedicaron profesionalmente a la música: además de Franz Joseph, Michael, el más joven, fue corista y compositor y Johann Evangelist era cantor y trabajó en la corte de los Esterházy, por mediación de su hermano mayor. La Casa de los Esterházy o Eszterházy ha sido una familia magiar de nobleza en Hungría desde la Edad Media.
Cuando tenía sólo seis años, Haydn se instaló en Hainburg con un primo suyo, Johann Mathias Franck, maestro de la escuela del pueblo y responsable musical de la iglesia de esa localidad. El chico comenzó a hacer progresos como cantor, y a los ocho años Georg Reutter, el maestro de capilla de la catedral de San Esteban de Viena, se fijó en él. Reutter convenció a Mathias Haydn  de que dejara a Joseph ingresar en  el coro de la catedral. Y así fue como Haydn se trasladó a Viena, en la primavera de 1740.
Joseph sólo estaba obligado a seguir los cursos de canto indispensables para su integración en el coro y a estudiar latín. Pero el joven supo aprovechar los tesoros que ponía a su disposición San Esteban asistiendo a los cursos de clavecín, órgano y violín, además de iniciarse por su cuenta en teoría de la música y composición.
Su estancia en San Esteban finalizó cuando a los quince años la voz de Haydn cambio. Después de un intento fallido de encontrar trabajo como cantor en el coro de Mariazell, se vio obligado a vivir una vida bastante dura, para ganarse el sustento de cada día, ayudado inicialmente por Johann Michael Spangler, cantor en la iglesia de San Miguel, y por Anton Buchholz, un colega de su padre. Vivió con estrecheces al comienzo, dando clases de clavecín, tocando el órgano o el violín en las iglesias y participando en conciertos de cámara. Pero todo el tiempo libre de que disponía lo dedicaba a estudiar composición y a establecer contactos profesionales con otros músicos, como Niccolo Porpora, Carl Ditters von Dittersdorf, Giuseppe Bonno, Christoph Willibald Gluck y Georg Christoph Wagenseil.
Tras vivir un amor no correspondido con Therese Keller, que en 1756 tomó el hábito e ingresó en el convento de San Nicolás de Viena, en 1760 Haydn, quizá por despecho, decidió casarse con la hermana de  Therese, Maria Anna. El matrimonio fue una fuente constante de insatisfacciones hasta la muerte  de su esposa, acaecida en 1800.
En 1759 Haydn obtuvo su primer empleo estable: por un sueldo de 200 florines anuales,  recibió  el encargo de dirigir la orquesta que el conde Ferdinand Maximilian von Morzin mantenía en su residencia de verano en Lukavice, en Bohemia. Con esta orquesta y en este escenario dirigió su Primera Sinfonía, ante un público rendido de admiración y entre el que se encontraba el príncipe Paul Anton Esterházy. Cuando en 1761 el conde Morzindisol­ vió su orquesta por motivos económicos, el príncipe le ofreció a Haydn el puesto de segundo maestro de capilla en la corte principesca. Comenzó así la más larga y provechosa relación profesional de Haydn, que se extendería hasta su retiro a finales de 1803, interrumpida sólo por un breve paréntesis entre 1790 y 1794.
Paul Anton Esterházy murió en 1762, pero su sucesor, Nikolaus, era aún más espléndido, y Haydn no tuvo problemas en suceder como primer maestro de capilla a Gregor Joseph Werner tras su muerte en 1766. Su prosperidad económica estaba así garantizada.
La muerte de Nikolaus en 1790 supuso un cambio radical en la vida de Haydn. Su sucesor, Anton, decidió ahorrar a costa de la orquesta. Aunque Haydn no vio revocado su contrato, las actividades musicales en la corte de los Esterházy no le ofrecían aliciente alguno. En principio, el compositor habría podido permanecer en Viena, donde ya era célebre; además, desde 1781 le unía a Mozart una amistad entrañable, además de una relación de -mutua emulación profesional. Haydn, que era católico y creyente, llegó incluso a acercarse a los círculos masónicos de Viena para satisfacer a su  joven amigo.
Después de retirarse a fines de 1803, definitivamente instalado en Viena, Haydn vivió sus últimos años rodeado de muestras de admiración; a la capital austríaca viajaban para visitarlo eminentes   personalidades  del  mundo  de  la  política  y  las  artes. Pero
Haydn fue lentamente sumiéndose en un  estado  permanente  de tristeza, al que contribuyó la muerte de sus dos hermanos músicos, más jóvenes que él. Sufría tremendas jaquecas, y su médico llegó a retirarle el piano en el verano de 1806, ya que el más mínimo esfuerzo le producía dolores y mareos. Pocas semanas antes de morir, Napoleón invadió su querida Viena. La leyenda cuenta que, a pesar de encontrarse ya muy debilitado, todas las mañanas tocaba en su clavecín el himno nacional austriaco, que él había compuesto.
A pesar de la ocupación de la ciudad, Haydn tuvo dos misas funerales. En la primera, a la que asistieron sólo los íntimos, por petición expresa suya se interpretó la Misa de Réquiem de su hermano Michael. El 15 de junio las autoridades francesas organizaron exequias oficiales, durante las que sonaron los acordes del Réquiem de Mozart.
El 31 de mayo entra en coma y fallece a las pocas horas. Es enterrado en elcementerio Hundsthurmer (hoy Haydnpark).

Fuentes bibliográficas:
Historia de la música clásica. Gran selección de Deutsche Grammophon.
Grandes Compositores Salvat Editores, Marc Vignal, Pamplona, España.
y ABC de la música clásica de Eckhardt van den Hoogen (127)           
Fotografía: Cortesía de Europadis





miércoles, 7 de marzo de 2018


Personajes de Venezuela

JUAN ANTONIO PEREZ BONALDE:
el viajero inquieto


El exilio fue su destino.  En una ciudad,  además, como Nueva Yórk donde el desasosiego hacía más aguda esa rendición, pero ciudad que,  al  fin  y  al cabo y a  pesar de sus vicisitudes, le permitió  escribir  y  trabajar  y contar con amigos  de tanta  resonancia  como José Martí.
Este es un capítulo definitivo en la biografía del autor de “La vuelta a la patria”. Poeta en Nueva York, ese es venezolano Juan Antonio  Pérez  Bonald. Tiene  24  años  de  edad cuando en  1870 opta  por  la  distancia,  cuando  comprende que la  vida  en  su tierra  puede  asfixiarlo  por  la  mediocridad, las guerras y la intolerancia. Entonces inicia su larga residencia en el norte. Para entonces, eran innumerables los hispanoamericanos refugiados en Nueva York. El venezolano fue figura relevante de esa escena.
El poeta nació el 30 de enero de 1846, en vísperas del arribo a la Presidencia de José Tadeo Monagas, tiempo de generales que  se turnan  en el poder,  y  de  las turbulencias desatadas por  Antonio  Leocadio  Guzmán, como apóstol  de las ideas  liberales.  Muy joven, Pérez Bonalde viajó a Alemania, pasa allá 5 años, aprende 8 idiomas, cuando regresa a su tierra ya es el políglota afortunado que con los días se hará célebre con sus traducciones del norteamericano Edgar Alan Poe y del alemán Heine.
Durante su tiempo de Nueva York, en 1880, Juan Antonio escribió su “Poema del Niágara”, prologado después por José Martí. "El tema básico del poema es el enfrentamiento del hombre con la naturaleza y Dios; las cataratas son un pretexto, son el camino, muy acorde, para este encuentro que es una batalla entre hombre y naturaleza", tal como escribe con precisión Antonio Padrón Toro. En una excelente biografía de este personaje, como una contribución poco común al conocimiento  de una de las figuras fundamentales de la poesía venezolana.

                                                                                                                     Fuente  biblioográfica:

                                    Simón  Alberto Consalvi – Biblioteca Bibliográfica Venezolana

martes, 6 de marzo de 2018


Los museos más importantes del mundo

GALERÍA NACIONAL DE ESCOCIA


La Galería Nacional de Escocia (National Gallery of Scotland) alberga una de las exposiciones de arte más importantes de Europa, y la mejor colección del país de pintura y escultura.
Los orígenes del museo se remontan a principios del siglo XIX, cuando se fundó en Escocia la Real Institución para la Difusión de las Bellas Artes, que desde entonces comenzó a recopilar obras de arte procedentes de toda Europa y que se estableció en el lugar que hoy ocupan las galerías nacionales escocesas.
En la exposición de la Galería Nacional de Escocia podemos contemplar cuadros de Monet, Tiziano o Van Gogh, así como numerosas obras de artistas escoceses.
La colección comprende varias etapas de la historia del arte, desde el Renacimiento, con obras del gran maestro renacentista, Rafael, hasta el postimpresionismo.
Con el paso de los años, un grupo de artistas se asoció y dio lugar a la Real
Academia Escocesa, que se desvinculó de la Real Institución y comenzó a solicitar un espacio propio donde exponer su colección. Fue entonces cuando se planteó el proyecto de construcción de un nuevo edificio, cuyas obras comenzaron en 1850, cuando el Príncipe Alberto, consorte de la Reina Victoria, colocó la primera piedra.
Aunque en un principio este nuevo espacio estuvo dividido en dos alas (una para la colección de la Real Institución y otra para la de la Real Academia), ambas terminaron por integrarse definitivamente como Galería Nacional de Escocia.
En la exposición de la Galería se puede contemplar cuadros de Monet, Tiziano o Van Gogh, así como numerosas obras de artistas escoceses.
La colección comprende varias etapas de la historia del arte, desde el Renacimiento, con obras del gran maestro renacentista, Rafael, hasta el postimpresionismo.
Allí podemos observar pinturas de La Sagrada Familia bajo una palmera de Rafael Sanzio; Vieja friendo huevos, una de las primeras obras de Velázquez; Virgen con el Niño de Boticelli; Las Tres Gracias de Antonio Canova.
Igualmente están las 28 obras que componen parte de la Colección de Bridgewater, prestada al museo por los duques de Sutherland tras la destrucción de su mansión durante la II Guerra Mundial y una de las colecciones privadas más importantes a nivel mundial. Incluye dos obras encargadas por Felipe II a Tiziano, Diana y Acteón y Diana y Calisto.
Además, las galerías albergan una magnífica colección de dibujos y grabados: más de 30.000 obras en papel que abarcan desde el Renacimiento hasta el siglo XIX.


Fuentes bibliograficas: Enciclopedia Visual y Guía Nómada de Edimburgo y obras de arte: Los grandes museos de Europa y Guía Nómada de Edimburgo

lunes, 5 de marzo de 2018



PENSAMIENTOS DE LA SEMANA
La personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna. Arthur Schopenhauer (1788-1860) Filósofo alemán.
BOLIVAR MÁS VIGENTE QUE NUNCA
“Es preferible la muerte a la expatriación”. (27-6-1817)

domingo, 4 de marzo de 2018


Protagonistas de la historia

MIGUEL DE UNAMUNO Y JUGO

El gran rector de la Universidad de Salamanca


El gran rector, no ha sido un simple caso literario, ni una de esas biografías –desde la raya a la cruz- se presentan como un limpio expediente académico o una menos limpia y prevista hoja de servicios. Tuvo dimensión de escándalo y la cara y la cruz de su moneda estaban acuñadas por beatería incondicional o rasgamiento escandalizado de vestiduras. Afortunadamente a veces la moneda caía de canto; eso intentábamos cuando queríamos verle desde su tiempo, sin quitar ni añadir nada: sin enfatizar ni trivializar, así se refiere uno de sus biógrafos, el periodista español Emilio Salcedo.
Don Miguel de Unamuno, nació en Bilbao, España, el 29 de septiembre de 1864. Escritor, poeta y filósofo español, principal exponente de la llamada Generación del 98
Entre 1880 y 1884 estudió filosofía y letras en la universidad de Madrid, época durante la cual leyó a T. Carlyle, Herber Spencer, Friedrich Hegel y Karl Marx. Se doctoró con la tesis “Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca”, y poco después accedió a la cátedra de lengua y literatura griega en la universidad de Salamanca, en la que desde 1901 fue rector y catedrático de historia de la lengua castellana.
Inicialmente sus preocupaciones intelectuales se centraron en las cuestiones éticas y los móviles de su fe. Desde el principio trató de articular su pensamiento sobre la base de la dialéctica hegeliana y más tarde acabó buscando en las dispares intuiciones filosóficas de Spencer, Sören Kierkegaard, W. James y H. Bergson, entre otros, vías de salida a su crisis religiosa.
Sin embargo, las contradicciones personales y las paradojas que afloraban en su pensamiento actuaron impidiendo el desarrollo de un sistema coherente, de modo que hubo de recurrir a la literatura, en tanto que expresión de la intimidad, para resolver algunos aspectos de la realidad de su yo. Esa angustia personal y su idea básica de entender al hombre como “ente de carne y hueso”, y la vida como un fin en sí mismo se proyectaron en obras como En torno al casticismo (1895), Mi religión y otros ensayos (1910), Soliloquios y conversaciones (1911) o Del sentimiento trágico de la vida en los hombres y en los pueblos (1913).
El primero de los libros fue en realidad un conjunto de cinco ensayos en torno al “alma castellana”, en los que opuso al tradicionalismo la "búsqueda de la tradición eterna del presente", y defendió el concepto de "intrahistoria" latente en el seno del pueblo frente al concepto oficial de historia. Según propuso entonces, la solución de muchos de los males que aquejaban a España era su "europeización".
Sin embargo, estas obras no parecían abarcar, desde su punto de vista, aspectos íntimos que formaban parte de la realidad vivencial. De aquí que literaturizase su pensamiento primero a través de un importante ensayo sobre dos personajes clave de la literatura universal en la Vida de don Quijote y Sancho (1905), obra en la que, por otra parte y en flagrante contradicción con la tesis europeísta defendida en libros anteriores, proponía “españolizar Europa”. Al mismo tiempo, apuntó que  la  relación  entre  ambos  personajes  cervantinos  simbolizaba  la tensión existente entre ficción y realidad, locura y razón, que constituye la unidad de la vida y la común aspiración a la inmortalidad.
El siguiente paso fue la literaturización de su experiencia personal a fin de dilucidar la oposición entre la afirmación individual y la necesidad de una ética social. El dilema planteado entre lo individual y lo colectivo, entre lo mutable y lo inmutable, el espíritu y el intelecto, fue interpretado por él como punto de partida de una regeneración moral y cívica de la sociedad española. Él mismo se tomó como referencia de sus obsesiones del hombre como individuo. “Hablo de mí porque es el hombre que tengo más cerca.”
Su narrativa progresó desde sus novelas primerizas “Paz en la guerra” (1897), y “Amor y pedagogía” (1902) hasta la madura “La tía Tula” (1921). Pero entre ellas escribió “Niebla” (1914), “Abel Sánchez” (1917), y sobre todo “Tres novelas ejemplares y un prólogo” (1920), libro que ha sido considerado por algunos críticos como autobiográfico, si bien no tiene que ver con hechos de su vida, sino con su biografía espiritual y su  visión esencial de la realidad: con la afirmación de su identidad individual y la búsqueda de los elementos vinculantes  que fundamentan las relaciones humanas.
En ese sentido, sus personajes son problemáticos y víctimas del conflicto surgido de las fuertes tensiones entre sus pasiones, y los hábitos y costumbres sociales que regulan sus comportamientos y marcan las distancias entre la libertad y el destino, la imaginación y la conciencia.
Su producción poética comprende títulos como “Poesía” (1907), “Rosario de sonetos líricos” (1912), “El Cristo de Velázquez” (1920), “Rimas de  dentro” (1923) y “Romancero del destierro” (1927), éste último fruto de su experiencia en la isla de Fuerteventura, adonde lo deportaron por su oposición a la dictadura de Primo de Rivera. También cultivó el teatro: “Fedra” (1924), “Sombras de sueño” (1931), “El otro” (1932) y “Medea” (1933).
Sus poemas y sus obras teatrales abordaron los mismos temas de su narrativa: los dramas íntimos, amorosos, religiosos y políticos a través de personajes conflictivos y sensibles ante las formas evidentes de la realidad. Su obra y su vida estuvieron estrechamente relacionadas, de ahí las contradicciones y paradojas de quien Antonio Machado calificó de "donquijotesco".
Considerado como el escritor más culto de su generación, fue sobre todo un intelectual inconformista que hizo de la polémica una forma de búsqueda. Jubilado desde 1934, sus manifiestas antipatías por la República española llevaron dos años más tarde al gobierno rebelde de Burgos a nombrarlo nuevamente rector de la universidad  de Salamanca, pero fue destituido a raíz de su pública ruptura con el fundador de la Legión. En 1962 se publicaron sus Obras completas y en 1994 se dio a conocer la novela inédita Nuevo mundo.
Los últimos días de vida (de octubre a diciembre de 1936) los pasó bajo arresto domiciliario en su casa, en un estado, de resignada desolación, desesperación y soledad.
 Murió repentinamente, en su domicilio salmantino, la tarde del 31 de diciembre de 1936. A pesar de su virtual reclusión, en su funeral fue exaltado como un héroe falangista. A su muerte, Antonio Machado escribió: “Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente, como el que muere en la guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo; acaso también, aunque muchos no lo crean, contra los hombres que han vendido a España y traicionado a su pueblo. ¿Contra el pueblo mismo? No lo he creído nunca y no lo creeré jamás”

Bibliografía:
Miguel de Unamuno, biografía de Emilio Salcedo, en Protagonistas de la Historia.

    Retrato: Cortesía de: Juan de Echeverría, Fasciculo Protagonista de la Historia.

sábado, 3 de marzo de 2018


Pintores y escultores universales

GIOTTO DI BONDONE
El niño que transformó la pintura


Giotto di Bondone nace en Colle de Vespignano (Vicchio) en 1267 aunque para algunos críticos como Carlo Ludovico Ragghianti esta fecha se podría adelantar hasta una década. Reconocido artista de la época, desarrolló varios ámbitos artísticos, destacando la poesía, escultura, arquitectura y sobre todo la pintura, considerándose este autor del Trecento uno de los iniciadores del movimiento renacentista en Italia. Su obra tuvo una influencia determinante en los movimientos pictóricos posteriores.
Se Cuenta: que, en cierta ocasión, un pintor que andaba por una escarpada vereda, en Italia, pasó junto a un pastorcito. El niño estaba dibujando  en  una  piedra  con un tizón. Atónito, el artista no podía dar fe a  lo que sus ojos veían: la representación más fiel que hubiera contemplado jamás de una oveja.
-Dime, ¿quién eres? -le preguntó al muchacho.
-Me llamo Giotto. Mi padre es campesino y yo le cuido las ovejas. Vivimos allá arriba.
La vida de Cristo en la tribuna de Sal Pedro
El zagal y el pintor se encaminaron a casa del labriego. El artista habló largamente con el padre del niño y logró convencerlo de que su hijo tenía extraordinaria disposición para el dibujo, y de que merecía se le diera instrucción. Por fin el padre aceptó que el  visitante, que era nada menos que Cimabue, el más insigne pintor de Italia en esa época, se llevase a Giotto en calidad de aprendiz. La destreza de aquel  mozo  para  representar  la  vida con tan asombrosa  fidelidad  iba  a cambiar  el rumbo de la pintura. Giotto fue quien, a fines del siglo XIII y principios del XIV, inició una nueva tendencia del arte pictórico al llevarlo a superar la austeridad y la falta de relieve, características del estilo bizantino, en pro del dominio de la perspectiva en la representación de la naturaleza.
Giotto pintaba lo que veía. Los árboles que representaba parecían árboles. Las personas tenían aspecto de seres humanos. Por la expresión de sus rostros se podía adivinar el carácter de cada cual, así como las emociones que animaban a sus modelos: temor,  tristeza,  alegría,  amor. En cuanto la pintura de Giotto empezó a ser conocida, no tardaron en surgir imitadores.
Retablo de la virgen los los angeles
Los más grandes pintores del Renacimiento -Rafael, Leonardo, Miguel Ángel- reconocen la deuda contraída por el arte con aquel extraordinario innovador, que pintaba la realidad tal como la veía.
Giotto era muy piadoso, como la mayoría de sus contemporáneos. Durante aquellos años se había  apoderado de Europa un gran ideal de espiritualidad. Los bellos misterios de la fe cautivaban a millares de creyentes. San Francisco de Asís, muerto medio siglo antes de que naciera Giotto, había tenido parte muy principal en aquel fenómeno de espiritualización. Hijo de un rico mercader, San Francisco, decidió abandonar la vida humana, había regalado a los pobres todos los bienes que poseía, hasta los zapatos; a partir de entonces anduvo siempre descalzo y cubierto solo de un austero hábito.
San Francisco dedicó su vida a ayudar al prójimo, en particular a los más desventurados: los pobres, los proscritos, los leprosos. Quería demostrar con el ejemplo que Dios es amor. Su humildad, su sencillez suprema, lo convirtieron en el hombre más venerado de su época; fue canonizado sólo dos años después de su muerte.
En Asís se erigió un templo  dedicado  al  santo.  Una vez terminado, llamaron al joven Giotto para  que  ayudara a pintar la cara interior de los muros con  escenas  de la vida de San Francisco. Creó el artista veintiocho frescos en los que empleó una extensa gama de colores, y que constituyen una vastísima historia gráfica. Cuando el público pudo por fin contemplarlos,  quedó impresionado por el realismo de las pinturas.  Nunca se  había visto nada semejante. Hoy, seis siglos después, los turistas del mundo entero siguen acudiendo en tropel a aquel santuario para admirar la maravillosa obra de Giotto.
Otros frescos del gran  pintor  que  todavía  despiertan la admiración de los amantes de la pintura son los de la capilla de los Scrovegni, en  Padua.  Allí  pintó  una  serie de escenas de la vida de Cristo  y  de  la  Virgen,  de gran intensidad emotiva, que "por ser tan fieles a la naturaleza" hicieron enmudecer a Dante  la  primera  vez que las contempló.
La prodigiosa combinación de espiritualidad y destreza hicieron de Giotto el pintor más ilustre de su  época. Se vio colmado de alabanzas y homenajes  y  mimado  por la fama; reyes y duques lo invitaban a sus palacios y se disputaban sus servicios. Giotto no  se  dejó  arrastrar  por la vanidad. Pintó para los poderosos y aceptó que le pagaran (lo suficiente para mantener bien  a  su esposa y a  sus cinco hijos), pero jamás abandonó su modestia.
La resurreción de Lazaro
No solo alcanzó Giotto grandeza inigualable en la pintura, sino que se distinguió también como escultor, poeta, compositor y arquitecto. Entre los muchos honores que se le rindieron, quizá el más alto fue que Florencia, por intermedio de sus autoridades, le pidió que se trasladara allí para que "con su presencia sean muchos los que puedan disfrutar de las ventajas de su gran saber". Aceptó, y Florencia lo nombró arquitecto de la ciudad, dándole el encargo de hacer el proyecto del campanario de la catedral, hoy una de las torres más bellas del mundo.
Cuando murió, el 8 de enero de 1337, Florencia, Italia, pasado los sesenta años de edad, lo lloraron tanto la gente sencilla como los conocedores del arte. Posteriormente, el más grande de los Médicis, Lorenzo el Magnífico -protector de las artes en Florencia durante el siglo XV- hizo que en la tumba del pintor se esculpiese el siguiente epitafio “Soy aquel para cuya diestra todo fue posible; el que hizo resucitar la pintura muerta y consiguió cerrar el abismo que separaba el arte de la naturaleza. Soy Giotto”
Entre las principales obras de este afamado pintor se encuentra: La resurrección de Lazaro. Cinco escenas de la vida de Cristo en la tribuna de San Pedro. El papa Bonifacio VIII anunciando el jubileo del año 1300. Los frescos del Infierno y el Paraíso. Retablo de la Virgen con los Ángeles.

Fuentes bibliográficas:
-Biografía sobre Giotto, de Malcolm Vaughan, en los grandes pintores
y sus obras maestras, de Selecciones del Reader´s Digest
 - Breves biografías íntimas de grandes pintores, de Editorial Molino.
- Los Clásicos. Vida de los más excelentes pintores…, Editorial W.M. Jackson, Inc.
Obras de arte: Cortesía de Pinteres.es – Arte e historia.com – El mundo romano.

Fotografía: Cortesía de: Giotto-Bloger-